Aunque la producción de tomate en la Marina Alta es, en general, buena este año, el sector agrícola se enfrenta a un problema creciente que pone en jaque la campaña: una plaga, intensificada por las altas temperaturas, está afectando seriamente a los cultivos. Así lo ha explicado Carlos Ballester, portavoz de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), en una entrevista en COPE Dénia Marina Alta. “El cultivo es el adecuado, quien ha plantado antes le han salido antes y quien no, pues todavía tiene tomates”, aseguraba Ballester, dejando claro que el ritmo de la cosecha se ha ajustado a los tiempos de siembra. Sin embargo, lo que realmente preocupa es el aumento de una plaga de polillas, cuya propagación se ha visto favorecida por el intenso calor de este verano. Los agricultores ya están aplicando diversas medidas para frenar su avance: plantación de especies que atraigan a depredadores naturales, uso de feromonas y, como último recurso, fitosanitarios. A pesar de los esfuerzos, muchas explotaciones ya han sufrido daños y podrían registrar pérdidas económicas importantes si la situación no se controla en las próximas semanas. Desde AVA-ASAJA se insiste en que el sector necesita apoyo técnico e institucional urgente, tanto para combatir esta plaga como para mantener la rentabilidad del cultivo. Ballester también ha vuelto a denunciar el abandono progresivo del campo, motivado por la baja rentabilidad y el alto coste de las tierras, que dificulta el relevo generacional y la continuidad de muchas explotaciones familiares. Aun así, el mensaje al consumidor es claro: el tomate local sigue siendo un producto de calidad, y consumirlo es una forma directa de apoyar a los agricultores de la comarca. Ballester ha subrayado que “el trabajo que hay detrás de cada kilo de tomate es enorme, y más aún en un verano como este”. El tomate resiste, pero la amenaza de la plaga sigue activa. El campo de la Marina Alta necesita soluciones antes de que el esfuerzo de toda una campaña se vea comprometido.