Más que un intercambio cultural o un respiro veraniego, que también, Vacaciones en Paz resulta una ventana a la esperanza y un alivio para niños y niñas saharauis refugiados, que nacieron en campamentos y expuestos a las duras condiciones del desierto argelino, en medio de un conflicto que no cesa con la presión de Marruecos cada vez más presente sobre el Sáhara Occidental.