Una competición de videojuegos funciona como programa encubierto para fichar a menores en la fabricación y adaptación del armamento que bombardea Ucrania, según una investigación periodística La producción militar de Rusia se dispara: “Podría mantener su asalto a Ucrania al ritmo actual durante otros dos o tres años” Las autoridades rusas están involucrando de manera sistemática a niños en el diseño y las pruebas de aviones no tripulados para la guerra en Ucrania. Lo hacen a través de competiciones de videojuegos aparentemente inocentes por todo el país y que sirven para que los estudiantes más talentosos sean contratados por empresas de armamento, según una investigación del medio independiente ruso The Insider (ahora en el exilio). Los hallazgos demuestran hasta qué punto los líderes rusos están involucrando a los jóvenes del país en la guerra de Ucrania , con una educación “patriótica” y militarizada que en muchos casos se traduce en una participación directa. “Los niños participan activamente en el diseño de componentes de sistemas para varios aviones no tripulados”, dijo a un periodista uno de los adolescentes implicados. “Conozco a varias personas que están modelando componentes de UAV [por las siglas en inglés de ‘vehículos aéreos no tripulados’, o drones] para grandes empresas”. Los restos de un dron en Stepnohirsk, Ucrania, el 18 de julio. Vladímir Putin quiere que Rusia aumente su producción de drones, un armamento que tanto para Rusia como para Ucrania se ha vuelto crucial en esta guerra. Pero la batalla de los drones en el frente vive una transformación constante, mientras los dos bandos descubren nuevas tecnologías que permiten a los drones volar más lejos eludiendo los sistemas de interferencia electrónica. Y, para su desarrollo, Rusia está buscando entre sus jóvenes a los cerebros tecnológicos mejor dotados. Puntos para el bachillerato La selección comienza con un videojuego de 2022 llamado Berloga en el que unos “osos inteligentes” tienen que defenderse de enjambres de abejas, a veces utilizando drones para repelerlas, según la investigación periodística. Que se te dé bien el Berloga, al que juegan cientos de miles de jóvenes, puede generar créditos extra en los exámenes de final de bachillerato. Los jugadores con más éxito pasan a competiciones más avanzadas como otra llamada Grandes Desafíos, donde se selecciona a los más prometedores para ser contratados por empresas rusas, muchas de ellas sometidas a sanciones internacionales por su papel en la industria de armas rusa. The Insider habló con tres adolescentes que habían quedado finalistas en la competición y ahora trabajaban desarrollando tecnología para drones. Estos jóvenes explicaron cómo funcionaba la competición y dijeron que eran plenamente conscientes de la aplicación militar que tenían algunos proyectos, aunque se les animara a ocultarlo. “Nos prohibieron decir que era necesario para la guerra, y nos inventamos aplicaciones civiles. Es un programa para niños... Un proyecto siempre debe tener una doble finalidad, sobre todo cuando eres un estudiante en edad escolar; es una regla no escrita que he observado en todas las competiciones”, dijo uno de los adolescentes. Menores en fábricas militares Los pequeños drones de pilotaje con visión remota (FPV, por sus siglas en inglés) son el arma más letal en el frente, pero Rusia y Ucrania también están usando drones de largo alcance para golpear objetivos en la retaguardia. Los drones kamikaze con que Rusia suele bombardear Ucrania por las noches han sembrado el terror en la capital, Kiev, y en otras grandes ciudades . Los menores también participan en la fabricación de estos grandes aviones no tripulados. En un documental emitido este fin de semana por la televisión del ejército ruso aparecían adolescentes ayudando a construir drones kamikaze en un lugar descrito como la mayor fabrica mundial de drones de ataque. Emplear a niños en instalaciones militares, que pueden ser objetivos legítimos de guerra, viola numerosos convenios internacionales. En las imágenes del documental era posible ver filas ordenadas de cientos de drones kamikazes Geran-2 ya terminados. La instalación donde se fabrican aparece en la lista de sanciones de la Unión Europea y ya ha sido atacada por drones ucranianos de largo alcance. Con un alcance de casi 1.000 millas [unos 1.600 kilómetros], el Geran-2 es la versión rusa de un dron kamikaze iraní que ahora se fabrica en Alabuga (Tatarstán). Según Moscú, estos aviones no tripulados solo se emplean para atacar infraestructuras militares y energéticas. Sin embargo, los ataques contra objetivos civiles y residenciales son frecuentes. En el canal estatal ruso de televisión Zvezda se dijo que la fábrica de Alabuga había invitado a alumnos de 14 y 15 años a estudiar fabricación de drones en un colegio cercano para después trabajar en la empresa. En las imágenes, se podía ver a los jóvenes trabajadores, con la cara desenfocada, montando drones o sentados frente a ordenadores. Contactados por The Insider, los menores también hablaron de cómo era trabajar en las instalaciones militares. Uno de ellos, de 13 años, contó que en 2022 había estado entrenando a los soldados en el manejo de los drones dentro de una instalación del Estado ruso. Los periodistas de The Insider se hicieron pasar por reporteros de medios controlados por el Estado con la esperanza de que sus entrevistados se sintieran más cómodos compartiendo con ellos informaciones delicadas. Desde que en 2022 se produjo la invasión a gran escala de Ucrania, el periodismo independiente ha sido prácticamente proscrito en Rusia. En su mayor parte, los medios independientes que siguen trabajando se han visto obligados a exiliarse. Traducción de Francisco de Zárate