Ricky Rubio ya luce el dorsal número 9 que lucirá la próxima temporada, en principio la última que jugará a baloncesto, en el club que le vio nacer y en el que se retirará, según sus propias palabras. La presentación del base estaba llena de expectación por lo que implica su llegada a nivel deportivo y social 16 años después de haber jugado su último partido en el equipo badalonés. Como era de esperar, la mayoría de las preguntas han ido dirigidas sobre su estado físico y mental, ese mismo que le ha obligado a tomarse un año sabático para reorganizar sus ideas y volver a las canchas recuperado y con ganas de demostrar en la pista la gran cantidad de baloncesto que atesora: "Cuando más cerca estaba la retirada aparecieron una serie de cosas que hicieron replantearme la situación. Vi la ilusión que crecía cada días más. En estas últimas semanas he visto que quiero volver a jugar y que estoy preparado y capacitado para afrontar un nuevo reto, no sé cómo irá pero sí sé que lo disfrutaré mucho", ha dicho, quien ha añadido que su futuro estaba más fuera que dentro de las canchas: "Me sentía bastante perdido y me planteé diferentes escenarios desde la desesperación, pero ahora vengo con una ilusión que no había sentido nunca y que me permitirá ayudar al equipo, especialmente a los jóvenes", ha señalado. Tras dejar atrás los problemas de salud mental, ahora toca estar a la altura de las expectativas que recaerán sobre un jugador que nunca ha estado un año sin jugar, más allá de las dos graves lesiones de rodilla sufridas en su etapa de la NBA y del que se espera un buen rendimiento en la próxima temporada: "Quien me va a exigir si soy yo el que realmente me tengo que exigir. Voy a entrenar como el que más para dar mi máximo rendimiento, pero no sé cuál es el rendimiento que tengo ahora y tampoco hay una expectativa de ver qué rendimiento voy a dar, ya se verá. Los únicos que me importan que me exijan son el director deportivo, el entrenador y mis compañeros. Esto es un equipo y nos tenemos que refugiar en eso", ha dicho. Rubio de 34 años, ha firmado por una temporada y ha asegurado que el Joventut será su último equipo.