Es verano, tomas un helado o un granizado y, de repente, un dolor punzante y agudo te atraviesa la frente. “¡Se me ha congelado el cerebro!”, piensas. No estás solo. Esta reacción es más común de lo que parece, y tiene una explicación médica bastante curiosa. El doctor David Callejo, anestesista y divulgador sanitario, ha explicado en su canal de Instagram qué ocurre exactamente cuando sentimos ese famoso "brain freeze" o dolor de cabeza por frío repentino.