Los puntos de partida de ambos bandos son irreconciliables, con Moscú intensificando su ofensiva estival e insistiendo en sus condiciones maximalistas para poner fin a la guerra Qué piden Ucrania y Rusia en las negociaciones de paz: sus propuestas para poner fin a la guerra, frente a frente Ucrania y Rusia han dado comienzo este miércoles en Estambul a la tercera ronda de conversaciones directas para conseguir un alto el fuego. Las delegaciones están reunidas en el Palacio Ciragan, con la mediación del Gobierno de Turquía, que ya hizo de anfitrión en los dos encuentros anteriores, el 16 de mayo y el 2 de junio. Ambos bandos llegan a la cita sin expectativas de grandes acuerdos. Como es habitual, Moscú ha rebajado las esperanzas sobre los frutos del diálogo. “Por supuesto, no hay ningún motivo para esperar alguna clase de avance milagroso. Dada la actual situación, esto es difícilmente posible”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, este martes. Los puntos de partida de unos y otros son irreconciliables desde hace meses, con Moscú intensificando su ofensiva estival e insistiendo en sus condiciones maximalistas para poner fin a la guerra desatada por la invasión de sus tropas en febrero de 2022. Volodímir Zelenski apuesta por un alto el fuego temporal como preludio de unas negociaciones de paz. “Esto es lo que todo el mundo le está diciendo a Rusia”, ha dicho el presidente ucraniano. Mientras tanto, Vladímir Putin solo está dispuesto a detener los combates si antes se asegura una serie de condiciones que implican, de facto , la rendición de Ucrania. Entre otros puntos, el Kremlin exige el reconocimiento internacional de los territorios ucranianos anexionados por Rusia, el fin de la ayuda militar occidental a Ucrania, su renuncia a ingresar en la OTAN, la reducción del tamaño del ejército de Kiev, la destitución de Zelenski o la ilegalización de los partidos nacionalistas ucranianos. Este es, en esencia, el contenido de los memorándums de paz que redactaron e intercambiaron las dos delegaciones en la última de las conversaciones, que este miércoles debería discutirse cara a cara. Bajo el ultimátum de Trump La resistencia de Putin a aceptar un alto el fuego empujó a Donald Trump a lanzar un nuevo ultimátum contra Rusia. El 14 de julio, el presidente de EEUU dio 50 días de margen a su homólogo ruso para comprometerse a frenar sus acciones militares. Si no, amenazó con imponerle aranceles secundarios. Paralelamente, ante los constantes bombardeos rusos sobre ciudades ucranianas, la Casa Blanca se comprometió a enviar baterías antiaéreas Patriot a Kiev, sufragadas con dinero de la Unión Europea. En Estambul, la parte ucraniana también volverá a plantear la necesidad de una “cumbre de líderes”, donde coincidan Zelenski y Putin, con al menos la participación de Trump, ya que, según el mandatario ucraniano, “podría acercar la paz”. El Kremlin ha desechado en varias ocasiones esta propuesta. Inicialmente, en mayo, tras ver el interés que mostraba el presidente norteamericano en que se produjera, no la rechazó directamente, dejando la puerta abierta para que se celebrara en un futuro y este miércoles Peskov lo ha supeditado a un improbable acuerdo previo sobre los memorándums. “Sin terminar este trabajo sucio y complicado no tiene sentido fijar una reunión de este nivel”, ha asegurado. Los únicos acuerdos logrados en los anteriores encuentros fueron de carácter humanitario: se pactó intercambiar todos los prisioneros de guerra enfermos, los heridos graves y los soldados jóvenes, y también se coordinaron para entregarse los cadáveres de 6.000 militares por bando. Estas permutas se han ido produciendo durante las últimas seis semanas y tanto Rusia como Ucrania confían en que esta tarde se siga trabajando en ellas. Los emisarios de Kiev también insistirán en el retorno de los menores ucranianos que se encuentran en regiones ocupadas por Rusia. En la última cita, entregaron a los enviados del Kremlin una lista con más de 300 nombres. Las delegaciones La delegación ucraniana volverá a estar encabezada por Rustem Umérov, hasta la semana pasada ministro de Defensa, ahora nombrado Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, un órgano encargado de asesorar a Zelenski en sus políticas militares, de seguridad e internacionales. Por la parte rusa, también repetirá Vladímir Medinski, exministro de Cultura, actual presidente de la Unión de Escritores de Rusia, conocido por ser uno de los ideólogos del revisionismo histórico del Kremlin y por negar la existencia de la nación ucraniana. Este miércoles ha aparecido en Turquía con una camiseta en la que se podía leer “Team Putin”. A pesar de que Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, lo ridiculizó en su última reunión con Trump refiriéndose a él como “aquel historiador”, ocupa una posición fuerte en el círculo de Putin. Esta semana, una investigación del medio independiente Vashni Storiy lo sitúa como una de las pocas personas capaces de organizar una reunión personal con el presidente, quien le ha puesto al frente de una subdivisión presidencial dedicada a “crear ideología”.