Antonio Gómez, miembro del Infoca y de Protección Civil, ha estado luchando para extinguir el fuego en la sierra de Córdoba, aunque resalta la propagación rápida desde un primer momento "Las estimaciones decían que se quemaría 330 hectáreas y finalmente vamos por 84", apunta a este periódico Llegó a las 19:30 al fuego. Apenas 15 minutos después de que se declarara como incendio forestal. Estaba ante un gran reto: paliar uno de los sucesos más impactantes que podía vivir la ciudad de Córdoba en las últimas décadas. Sin embargo, “la cosa pintaba muy fea”. Antonio Gómez trabaja como efectivo para el Infoca y, además, también es miembro de Protección Civil. Cordobés de nacimiento, por lo que todo lo siente desde muy cerca. Atiende a este periódico después de una reunión justamente a apenas metros del perímetro, pero recuerda ese inicio con mucha incertidumbre. “Llegamos helitransportados y había una pompa de humo inmensa. Fuimos el primer medio aéreo en llegar”. La rapidez en actuar ha sido clave para que Córdoba no haya lamentado más daños de los que inicialmente se preveían. “7Fincas y bomberos ya actuaban”, pero eso no evitaba que el temor estuviese presente. “La cosa estaba que daba miedo. Nuestra previsión era que iba a ser peor de lo que al final ha sido”. Las claves: el viento de oeste y la humedad relativa baja, que hacía que esta incertidumbre creciese con el paso de los minutos. “No tenía muy buena pinta. Se llegó muy rápido tras el aviso y ya estaba muy grande. Se movilizaron los tres helicópteros y los dos aviones de cargas que están aquí en la provincia”. Incendio en la zona de la Albaida, Córdoba De hecho, la existencia de otro incendio de Antequera (Málaga) hizo que uno de esos medios de transporte tardase algo más en llegar, pero eso no evitó la gran actuación de todos los miembros que trabajaban en extinguir las llamas. Aun así y como se ha mencionado anteriormente, las previsiones no eran nada halagüeñas. “Se quedó bastante cerca de las Ermitas. Si el viento seguía soplando de la forma que estaba, las estimaciones decían que se quemaría unas 330 hectáreas y, por el momento, se han quedado solo en 84. Ha sido uno de los incendios más grandes de la capital y no se ha llegado a lo que se preveía en un primer momento”, aclara Antonio. Estas previsiones hicieron que se evacuasen a más de 500 personas -102 viviendas, el Club Vista Sierra y el hotel del Castillo de la Albaida-, pero es que se esperaba que las llamas cubrieran completamente estas infraestructuras. Sin embargo, esto ha cambiado en gran medida en la actualidad. “El incendio se encuentra activo. La evolución es bastante favorable. Los medios terrestres estaban haciendo perímetro y hay mucho punto caliente. Corrió tanto el fuego y hay mucho retorno, por lo que se puede reactivar”. Una de las principales dificultades que han tenido los efectivos y que están tratando actualmente de que el incendio no vuelva a convertirse en un serio problema ha sido la orografía de Sierra Morena. “Hemos tenido que trabajar con tendidos de mangueras muy largos por lo que ha sido y está siendo muy complicado enfriar esos puntos calientes que ahora mismo nos amenazan”. Y es que este suceso marcará un antes y un después en la mente de los cordobeses. Hacía décadas que no se vivía un hecho similar. “En 2022 y 2023 hubo algunos conatos, pero este año ha sido descomunal. Hay mucho pasto. Es muy complicado de apagar. Es verdad que las lluvias han venido bien, pero hay mucho más pasto y más vegetación. Todo ello por la lluvia. Tiene cosas buenas cosas, pero también malas”, ha culminado un Antonio Gómez que ha sido uno de esos efectivos que ha tratado de mantener el orden en el pulmón de Córdoba.