La primera 'gasolinera en órbita' ya es una realidad: China reabastece un satélite a 36.000 kilómetros y revoluciona la carrera espacial

China ha vuelto a marcar un nuevo precedente en la carrera espacial. El país asiático acaba de anunciar que ha llevado a cabo con éxito la primera operación de repostaje orbital a gran escala. El protagonista es el satélite Shijian 25, que ha conseguido reabastecer al satélite Shijian 21 a 36.000 kilómetros de la Tierra, en una órbita geoestacionaria. Este avance tecnológico convierte a China en el primer país del mundo en construir una "gasolinera espacial" operativa. El satélite chino ha completado una misión experimental que podría transformar radicalmente la forma en que funcionan los satélites en el futuro. Hasta ahora, la vida útil de estos dispositivos estaba limitada por la cantidad de combustible con la que eran lanzados. Con esta innovación, esa limitación podría desaparecer. La operación se llevó a cabo con un brazo robótico capaz de acoplarse con precisión al satélite receptor, algo extremadamente complicado dadas las condiciones del entorno espacial. Los detalles técnicos han sido revelados por la Academia China de Tecnología Espacial (CAST), que lideró el proyecto. Según sus portavoces, se trató de una transferencia “eficiente, precisa y segura”, que abre la puerta a futuras misiones más largas y sostenibles. Este timelapse muestra la difícil operación de Shijian 25, repostando a distancias muy cortas (a menos de un kilómetro): Pero más allá del éxito tecnológico, esta maniobra supone un cambio estratégico. Estados Unidos, que históricamente ha liderado la innovación aeroespacial, ve con preocupación cómo China toma la delantera en campos clave, por el peligro que supone para los intereses occidentales. De hecho, en el momento en que EE. UU. se dio cuenta de que los dos satélites estaban cada vez más cerca, posicionaron dos satélites 'GSSAP', los satélites espía estadounidenses. Quieren estar atentos de cara a sus "operaciones espaciales dinámicas", las acciones de reabastecimiento que tienen planeado lanzar sobre el año 2026. "Eran necesarias hace unos años, pero actualmente su importancia se ha disparado, especialmente ante las actividades de otras potencias", comenta John Shaw, teniente general jubilado de la Fuerza Espacial de EE. UU. El espacio se ha convertido en el nuevo escenario de competencia global, y ya no solo por razones de exploración científica, sino también por intereses económicos, estratégicos y medioambientales. Los satélites comerciales y gubernamentales se cuentan por miles, y cada vez es más necesario un modelo que permita mantenerlos operativos durante más tiempo sin necesidad de lanzar más satélites. El satélite chino Shijian 25 representa el primer intento exitoso de implementar una solución masiva a este problema, a altitudes extremas y con potencial de repetirse. Además, el avance se produce en un momento clave, cuando otros actores como India, Japón o incluso empresas como SpaceX (de Elon Musk) y Blue Origin (de Jeff Bezos) están redoblando esfuerzos para liderar la próxima generación de tecnologías orbitales. El hecho de que China se haya adelantado podría acelerar los plazos de sus competidores. Según los expertos, no es descartable que en los próximos cinco años se vean flotas de satélites repostables, nodos orbitales de abastecimiento y, en un futuro más lejano, incluso estaciones espaciales autónomas capaces de autoabastecerse indefinidamente. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca estos avances. Aunque no existen normas específicas en los tratados espaciales actuales que regulen el repostaje en el espacio, es previsible que se abra un debate sobre sus implicaciones éticas, estratégicas y medioambientales.