Castilla-La Mancha refuerza la atención a mayores como herramienta frente al abandono rural

Entre cocidos, potajes y menús adaptados, Castilla-La Mancha ha tejido una estrategia donde los cuidados y el arraigo se dan la mano. En muchos pueblos de la región, la comida llega a casa caliente y con acento local, gracias a un programa de atención domiciliaria que alimenta algo más que el cuerpo: alimenta la permanencia en el territorio . Pero el reparto de bandejas equilibradas es solo una parte de un sistema integral que, junto a la ayuda a domicilio y los centros de día, se ha convertido en uno de los ejes más potentes de la lucha contra la despoblación. El Gobierno regional ha situado la atención a las personas mayores como una prioridad en su política social y territorial, integrando estos servicios en la Estrategia Regional frente a la Despoblación 2021–2031. Más del 52% de las medidas ya están en marcha y los datos reflejan un cambio: las zonas más despobladas encadenan tres años de crecimiento , con un saldo migratorio positivo de 15.000 personas desde el año 2022. «Cuando una persona mayor puede quedarse en su domicilio con apoyos, o cuando un municipio cuenta con un centro de mayores o un servicio de comida a domicilio, estamos hablando también de territorio, dignidad y futuro », resume la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano. En 2025, la Ayuda a Domicilio alcanzará una inversión récord de 55,8 millones de euros, con más de 5,3 millones de horas de atención para unas 39.000 personas, en su mayoría de municipios con menos de 3.500 habitantes. El 69% del servicio ya se presta en zonas en riesgo de despoblación. «Gracias a este servicio tengo a una persona diaria de lunes a viernes que está pendiente de mí, y de mi bienestar», dice Eduardo Revenga, de 91 años y usuario del Servicio de Atención a Domicilio en Ocaña, Toledo. «Con este servicio puedo seguir en mi casa , aunque pienso que debe de crecer para que podamos disfrutarlo más horas y días, sobre todo, pensando en aquellas personas que necesitan ayuda de lunes a lunes, que son dependientes del profesional para que les ayude en todos los cuidados». El modelo se sostiene sobre tres vías de financiación . La primera, los convenios del Programa Regional de Acción Social (PRAS), cubre pequeños municipios a través de 513 entidades locales, con 25,2 millones de euros. Incluye una financiación del 100% de los desplazamientos en pueblos de menos de 2.000 habitantes. Esta línea atiende a más de 11.500 personas de forma directa, y supera los 17.400 beneficiarios totales , con más de 3.000 profesionales contratados. La segunda vía es la financiación supramunicipal , dirigida a mancomunidades y agrupaciones, con 51 convenios activos y 10,5 millones de presupuesto. Refuerza equipos técnicos, centros comarcales y servicios como catering vinculado a cuidados. En 2024, atendió a más de 2.200 personas con 563 auxiliares. La tercera línea es el Plan Concertado , que sostiene la red de servicios sociales en municipios de más 3.500 habitantes. Aunque su dotación global asciende a 39 millones y abarca otro tipo de servicios, en 2024 prestó ayuda a domicilio a más de 11.500 personas. En conjunto, este sistema genera empleo para más de 6.400 auxiliares, en su mayoría mujeres, lo que convierte a los cuidados en una palanca de empleo y cohesión para el medio rural. Desde 2022, el Servicio de Comida a Domicilio garantiza menús equilibrados y adaptados, impulsado con financiación europea y ejecutado en colaboración con las cinco diputaciones. Más allá del plato, el programa combate la soledad, refuerza la atención en el hogar y favorece la permanencia. Con una inversión superior a 8,6 millones de euros , incluye además formación específica para el personal. A estos recursos se suman los centros de día y de mayores, que ofrecen cuidados diurnos, socialización y talleres de estimulación cognitiva. Además de mejorar la calidad de vida y ofrecer respiro familiar, muchos actúan como núcleos dinamizadores en pueblos pequeños , con actividades intergeneracionales y participación comunitaria. Castilla-La Mancha es la comunidad mejor valorada en la gestión del sistema de dependencia, según el Observatorio Nacional. Pero el Gobierno regional busca ir más allá de los datos: considera los cuidados como una inversión en dignidad, empleo y futuro. Más que asistencia, se habla de derechos, autonomía y arraigo . Esta estrategia integral demuestra que cuidar bien también es repoblar, y que los servicios sociales, cuando se adaptan al territorio, pueden ser el hilo que mantiene vivos a los pueblos.