Sostres y los campamentos: Los niños no pueden ser el centro del mundo

Desayuno en el hotel Nobu, planta 23, y antes de irme veo por el ventanal a un grupo de niños que tengo vistos de otras veces, con sus bocadillos y sus monitores. El verano más triste del mundo son estos campamentos -o «casals», como decimos en catalán- en que los padres aparcan a sus hijos para hacer otras cosas, no siempre trabajar. Bajo a la calle y me decido seguir a este grupo de niños con sus monitores que les cuidan. Piercing, tattoo, porro. Me refiero a los monitores, claro. Odio darte malas noticias. Pero has dejado a tu hijo bajo esta ética. «Es que no es una ética, es una estética», podrán decir algunos. Joan Gaspart, expresidente del Barça,... Ver Más