Después de cuatro trimestres consecutivos de subidas, la demanda de nueva financiación pisó el freno en España entre abril y junio. Se nota tanto entre las empresas como en las solicitudes de crédito al consumo por parte de las familias, a pesar de que las propias entidades daban por hecho que seguiría la tendencia al alza, «aunque de forma moderada». Las hipotecas, en cambio, siguen imparables. A menor ritmo, pero no paran de crecer, aprovechando «el nivel más reducido de los tipos de interés, las favorables expectativas sobre el mercado de la vivienda y a la mayor confianza de los consumidores», señala el Banco de España en el informe con los resultados de la última Encuesta de Préstamos Bancarios.