De Roma a la dehesa extremeña: el Erasmus rural que rompe los cánones

A veces lo importante no es cruzar fronteras, sino horizontes. A veces las piscinas de los pueblos, las gargantas naturales que dibujan el paisaje extremeño o el canto de los pájaros por la mañana son lo más parecido a la sensación de tocar el paraíso. Y, a veces, no hace falta volar a Londres o a Milán para vivir una experiencia única.