Los recortes presupuestarios impulsados por la administración de Donald Trump han provocado un auténtico seísmo en el mundo de la astrofísica. Una de las principales víctimas podría ser el ambicioso proyecto del Telescopio de Treinta Metros (TMT), que hasta ahora tenía como destino principal la cima del Mauna Kea, en Hawaii. Sin embargo, con la posible eliminación del respaldo económico de la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. (NSF), todas las miradas se desvían ahora hacia un nuevo horizonte: la isla de La Palma. La subdirectora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Eva Villaver, admite que se trata de un golpe duro para los investigadores norteamericanos, pero no descarta que pueda suponer una oportunidad única para Canarias: “Es una noticia devastadora para nuestros colegas astrofísicos americanos. Pero se cierra una puerta y se abre una ventana de oportunidades para La Palma” ha declarado en los micrófonos de Herrera en COPE Canarias. El telescopio TMT, valorado en unos 3.600 millones de euros, no es un proyecto sobre el papel. Villaver recuerda que ya existe equipamiento fabricado y una tercera parte de la inversión ya ha sido ejecutada por el consorcio internacional formado por India, Japón, Canadá y universidades estadounidenses. Solo resta una última fase presupuestaria que ahora, tras la retirada de la NSF, queda en el aire. Aunque Hawaii fue siempre la ubicación preferida del consorcio, La Palma ha estado desde el inicio como alternativa firme. El cielo limpio del Roque de los Muchachos, su situación geográfica en el hemisferio norte y la accesibilidad de su terreno cumplen con todos los requisitos que exige una infraestructura de esta magnitud.“La Palma cumple perfectamente las condiciones necesarias para una instalación de estas características. Tiene la calidad del cielo, accesibilidad y un terreno ideal”, defiende Villaver. El proyecto aún no está descartado. De hecho, la última palabra la tiene el Congreso de Estados Unidos, y la comunidad científica mantiene la esperanza de que se reviertan los recortes. Sin embargo, Villaver apunta a Europa como posible salvavidas del TMT si hay voluntad política: “Es dinero, claro, y no es una situación sencilla. Pero si existe voluntad política de poner el dinero sobre la mesa, se puede hacer”. Con parte del telescopio ya construido y un consorcio comprometido, solo falta encontrar la vía para culminar el sueño. Y La Palma, más que nunca, mira al cielo con esperanza.