Sara tenía solo 4 años. En su corta vida sufrió maltrato continuado y fue agredida sexualmente. Falleció de forma violenta el 4 de agosto de 2017 tras recibir fuertes golpes en la cabeza. Su madre biológica, Davinia, y la pareja sentimental de ésta, Roberto, fueron condenados en uno de los juicios más largos de la historia judicial de Valladolid. Seis años han pasado desde que ambos se sentaran en el banquillo de los acusados por delitos de asesinato, violación, maltrato habitual y abandono de familia. La madre de Sara, Davinia, de 45 años, podrá dormir fuera de la cárcel. Instituciones Penitenciarias le concede el tercer grado tras haber cumplido las tres cuartas partes de su condena de 12 años y 11 meses de cárcel y por buena conducta en Brieva (Ávila), según publica El Diario de Valladolid. Una semilibertad que le permite solo ir a dormir a prisión. El caso de Davinia, que ha elegido el Centro de Inserción Social (CIS) ‘Máximo Casado’ de Santovenia (Valladolid) para su última etapa carcelaria, se ha adoptado después que la Junta de Tratamiento de la cárcel de Brieva apoyase esta medida. Todo ello a pesar de que la Fiscalía rechazó de inicio la medida por la especial gravedad del delito. Sin embargo, según las fuentes consultadas por El Diario de Valladolid, la Acusación Pública acabó desistiendo de tumbar el tercer grado al tener en cuenta los “informes muy favorables, su buena evolución, sus múltiples permisos, y su trabajo y esfuerzo continuados y ninguna incidencia” en el penal abulense. Roberto Hernández, medinense, de 43 años, ya que fue condenado a prisión permanente revisable más otros 22 años de cárcel, por cierto, la primera condena de esa índole en Castilla y León. Con esta condena, siempre según lo previsto en la legislación penitenciaria, no podría, en principio, disfrutar de su primer permiso hasta pasados 18 años de cumplimiento de pena. Ingresó en agosto de 2017, así que hasta 2035 no obtendría esta licencia de pocos días. Ha cumplido toda la condena desde entonces en el centro penitenciario de Valladolid, hasta hace un mes, fecha en la que fue trasladado a la cárcel de La Moraleja, en Dueñas. El Tribunal Supremo confirmó en 2020 la pena de prisión permanente revisable para Roberto Hernández por violar y asesinar en Valladolid a la niña Sara. Además ratificó la condena a Davinia madre de la menor y pareja de Roberto, a 10 años de prisión por el delito de asesinato en la modalidad de comisión por omisión, así como a 2 años y 11 meses de cárcel por varios delitos de maltrato. Roberto fue condenado, además, a 15 años de prisión por la agresión sexual y a otros 7 años por delitos de maltrato.