Encuentran en Irán un delineador de ojos de hace 3.000 años sin plomo que ya usaba una fórmula innovadora

Innovación - El descubrimiento de un cosmético mineral en la región del Kurdistán iraní obliga a repensar la historia del maquillaje antiguo y muestra que en la Edad del Hierro existían fórmulas propias, alejadas del modelo egipcio tradicional Los arqueólogos estudian un estuche romano de maquillaje encontrado en la región Las primeras fórmulas de cosméticos para ojos en el Antiguo Egipto incluían polvo de galena combinado con grasa animal, creando una pasta densa de color oscuro. Este tipo de maquillaje primitivo se aplicaba con palitos metálicos o de hueso, y se ha encontrado en tumbas reales y de élite en la región de Tebas. Aquel pigmento tenía funciones médicas, mágicas y sociales. 3.000 años después, a más de mil kilómetros de distancia, un hallazgo en Irán ha puesto patas arriba el relato tradicional sobre el maquillaje en la Edad del Hierro. Un hallazgo en Irán revela una receta completamente distinta y sin ingredientes orgánicos Un equipo internacional liderado por la Universidad de Tubinga ha documentado un tipo de kohl inédito , elaborado exclusivamente a partir de minerales locales, sin plomo ni materiales orgánicos . El descubrimiento tuvo lugar en el yacimiento funerario de Kani Koter , en la actual provincia iraní del Kurdistán, en una zona montañosa que formaba parte de la periferia del Imperio asirio. El polvo oscuro se encontró en una vasija cerámica depositada junto a espejos, herramientas de cuidado personal y otros objetos que acompañaban a personas de alto estatus en sus enterramientos. La arqueóloga Silvia Amicone , directora del estudio publicado en Archaeometry , explicó que la composición identificada rompe por completo con lo que se conocía hasta ahora sobre cosmética en el antiguo Oriente Próximo El recipiente con el cosmético confirma que este polvo oscuro estaba vinculado al prestigio y al cuidado personal Según su análisis, el kohl descubierto en Kani Koter contiene exclusivamente grafito natural y óxido de manganeso , sin restos de plomo, que era el ingrediente habitual en la zona mesopotámica y egipcia. Amicone detalló que su equipo identificó una formulación distinta que partía de recursos minerales del entorno y que aportaba un acabado metálico brillante . Las tumbas donde apareció este cosmético datan de entre los siglos VII y IX a. C. y pertenecen al periodo conocido como Edad del Hierro III . Se trata de un momento en el que las comunidades de esa zona vivían en la órbita del poder asirio , aunque sin integrarse del todo en sus estructuras políticas. El brillo metálico no solo embellecía, también expresaba pertenencia social El hallazgo sugiere una estrategia cultural propia, con fórmulas locales que no imitan lo habitual en otras regiones más centrales del imperio. Según explicó Shelir Amelirad, coautora del artículo e investigadora en la Universidad de Heidelberg, esta receta representa un caso de innovación material dentro de una cultura periférica. Amelirad señaló que sus análisis con técnicas avanzadas permitieron confirmar que no existían compuestos orgánicos en el polvo conservado. Aunque esos materiales podrían haberse degradado con el tiempo , el equipo consideró que la ausencia de cualquier traza indica una elección técnica consciente. En sus palabras, “esto apunta a un uso creativo de los materiales y a una innovación regional única en el registro arqueológico”. La utilización de óxido de manganeso permitía obtener una pigmentación intensa, mientras que el grafito facilitaba la aplicación y aportaba un brillo oscuro. Este tipo de combinación no tiene precedentes en el mundo antiguo. Para los investigadores, el hallazgo no solo aporta datos sobre la cosmética de la época, sino también sobre la tecnología mineral y la expresión visual de la identidad. La receta analizada no forma parte de una tradición heredada, sino que revela una respuesta práctica a las condiciones del entorno . En este sentido, Amicone apuntó que los resultados ofrecen una nueva perspectiva sobre las dinámicas culturales en la frontera oriental del Imperio asirio, donde las comunidades no se limitaron a adoptar lo que venía de fuera, sino que desarrollaron fórmulas propias para expresar su pertenencia social y su estética. En su análisis, “este descubrimiento nos permite comprender mejor cómo las personas en la periferia de los grandes imperios expresaban su identidad y su estatus”. Además del componente técnico, el uso de estos minerales refleja una comprensión compleja de las propiedades físicas de los materiales, que en este caso no se aplicaron en contextos utilitarios, sino en prácticas vinculadas al adorno corporal. La directora del estudio considera que este tipo de evidencias permite reconstruir dimensiones sociales q ue rara vez quedan registradas en los textos antiguos o en los restos arquitectónicos. El recipiente donde se halló el cosmético formaba parte del ajuar funerario de una persona de élite, lo que refuerza la idea de que su uso estaba asociado al prestigio . Su contenido, conservado en forma de polvo compacto, fue extraído cuidadosamente para su análisis. La combinación mineral detectada solo se ha documentado en esta localización, lo que, según los investigadores, convierte la receta en un marcador cultural específico. En otras palabras, este antiguo delineador de ojos ofrece más información de la que cabría esperar. Y no por su color, sino por todo lo que esconde su composición.