En 10 años en España han cerrado, según algunas estimaciones, unos 250 colegios. La razón principal es la caída de la natalidad, que ha supuesto la pérdida de casi medio millón de alumnos desde 2013. En septiembre se incorporarán a primaria 140.000 alumnos menos que hace 10 años y a infantil 150.000 menos. Se anuncian cierres y fusiones y no solo en la España vaciada, con todo lo que conlleva. Es tiempo de reflexión y de proyectar el futuro del sistema educativo español. No está en la agenda pública de las administraciones, pero el gobierno, en su Informe sobre Estrategia nacional 2050 prevé que España pierda 800.000 alumnos más en los próximos 25 años. Un reciente informe de Funcas, la fundación de las Cajas de Ahorro, señala que este curso, por primera vez en 10 años, ha descendido el número de estudiantes matriculados en la ESO, aunque el número de alumnos extranjeros ha amortiguado la caída: ya son el 13% del total. Las proyecciones de los investigadores calculan que la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) perderá un 25% de alumnado potencial en 2037 desde su máximo el curso pasado, que fue de dos millones cien mil. Se quedará en un millón seiscientos mil. La educación Primaria encontrará su mínimo antes, en 2032, algo por debajo de los 2,4 millones, lejos de los 3 millones de alumnos de 2017. Son las conclusiones de un informe elaborado por EsadeEcPol de la Universidad Ramón Llull que ya prevé un descenso de alumnado preocupante que, a pesar de los últimos datos recabados por Funcas, la incorporación de migrantes a la educación obligatoria, aunque puede equilibrarlas, no va a mejorar las predicciones. “Es un poco pronto para saber cuánto se va cumpliendo, cuánto no, porque además estas proyecciones"-explica el sociólogo Jorge Galindo, uno de los autores de la investigación- "están hechas con los datos del INE, con los conocimientos a día de hoy, digamos. Si se intenta proyectar aquí una dimensión crucial es sobre todo cuánta gente llega de fuera a vivir a España, el saldo migratorio positivo, que ahora mismo es positivo y lleva unos cuantos años siéndolo, y esa yo creo que puede ser la dimensión que más puede abrir la horquilla en una dirección o en otra. De momento, en cualquier caso, aunque mueva la aguja, por así decirlo, la última vez que tuvimos un saldo migratorio positivo, notablemente positivo, que fue en el boom económico de principios de los 2000, si uno ve la curva demográfica, por la parte de envejecimiento, por ejemplo, sí que se frenó un poco, pero no cambió la tendencia. La imagen general no va a cambiar”. Sí puede equilibrar de alguna forma esa pérdida de estudiantes, asegura el sociólogo, pero hay que fijarse especialmente en lo que pasa en los territorios. En el informe señalan que municipios como Zamora, León, Palencia, Albacete o Jaén perderán un tercio de menores de 16 años frente al máximo registrado en 2013. En grandes ciudades como Madrid o Barcelona perderán un 10%, y hay territorios como Navarra o las Baleares que mantendrán el número. En el curso 2024/25, hubo 792.00 profesores para 8.310.00 alumnos, distribuidos en 28.654 centros educativos, 19.324 públicos y 9.330 privados. En los últimos 10 años se han cerrado más de 250 colegios en nuestro país, según datos recabados por la publicación especializada “éxito educativo”. No hay niños. De hecho, el cierre afecta a centros de todas las etapas educativas e incluso a guarderías: han cerrado 1 de cada 5. La sangría no cesa y se extiende de la España vaciada a las ciudades. De hecho para el próximo curso se prevén cierres de aulas y fusiones en Madrid, Barcelona, País Vasco, Cantabria, Galicia…. En los centros públicos y en los privados. La primera consecuencia es la reubicación de esos escolares que pierden su centro de referencia, la necesaria reorganización de las familias. “Las fábricas de futuro, que son las escuelas, se nos van vaciando. Entonces, la materia prima del futuro, que es la gente, también va siendo cada vez menos-reflexiona Jorge Galindo- Es tan sencillo y a la vez tan complejo como eso”. El declive democrático se traduce en pérdida de talento para el país Y “específicamente en el sistema educativo, además, se plasma de manera más nítida, ¿no? Porque ahí cuentas cabezas de alumnos, de alumnado esencialmente. Entonces ves que precisamente el lugar en el que esos nuevos talentos, esas nuevas almas, esas nuevas cabezas se forman para tener un futuro, digamos, acorde con sus expectativas y contribuir a la sociedad, pues se van vaciando”. HACER DE NECESIDAD VIRTUD El proceso es imparable y no afecta solo a España. Los países de nuestro entorno están en situación similar, y aunque no esté en la agenda pública, las administraciones deben tomar decisiones para dirigir los sistemas educativos a corto, medio y largo plazo. En el informe España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional”, el gobierno prevé que en 25 años tendremos 800.000 estudiantes menos de entre 3 y 15 años que ahora. Su estrategia apunta en titular a que se podrá entones duplicar el presupuesto por alumno hasta equipararlo con el que ya tiene Dinamarca sin incurrir en un incremento significativo del gasto público. Este hecho, unido a la generalización de las tecnologías digitales en nuestros centros y hogares, nos permitirá dar una educación más personalizada a nuestros alumnos, combatir con mayor eficacia fenómenos como el abandono o la segregación escolar, y cosechar las ganancias de cobertura y aprendizaje que necesitamos para situarnos en la vanguardia educativa. Hay que tomar decisiones ya, asegura el sociólogo, y las decisiones primeras son que se están tomando “qué hacemos con los recursos, sobrantes en ciertos puntos. La segunda parte de la pregunta es, ¿y en qué los ponemos, no? Yo creo que las dos preguntas tienen que ir juntas, porque si no, si solo tienes la primera, entonces parece que lo único que estás haciendo es quitarle recursos al sistema educativo, pero no es eso lo que estás haciendo. En realidad lo que estás haciendo es redirigiendo dentro del sistema hacia aquellos puntos que lo necesitan más, porque la verdad es que la heterogeneidad en recursos y en necesidades y en retos y desafíos es luna de las cosas que marca nuestro sistema educativo en España. Igual que hay zonas donde, digamos, hay recursos sobrantes o el reto es de orden demográfico, en otras el reto es dentro del aula o dentro del centro educativo o en el entorno inmediato y ahí es donde se puede y se debe invertir”. Reducir la ratio alumno-profesor y el tamaño de las aulas más presionadas. Ampliar el tiempo en la escuela, el refuerzo escolar y el cuidado para avanzar de forma más eficaz a una mayor igualdad de oportunidades. Reformar las políticas docentes y mejorar sus condiciones laborales. Fortalecer el cambio educativo a nivel de centro y promover una mayor colaboración docente. Seguir expandiendo las etapas de educación infantil de primer ciclo (0-3) y Formación Profesional y aplicar políticas más eficaces contra la segregación escolar. Esas son las propuestas del investigador a las que hay que desviar el presupuesto “sobrante” en educación provocado por la falta de alumnos debido al declive demográfico. Pero hay una variable que no se debe olvidar: la catástrofe que supone para los alumnos y las familias de la España vaciada el cierre de centros educativos. “Lo que no puede ser es que se retiren recursos para poner muy difícil a niños y niñas viviendo en zonas muy remotas, por ejemplo, el acceso a las aulas. Entonces, eso quizás nos invitaría a mirar un poco más capas intermedias, y ver, que quizás en algunos sitios donde los recursos per cápita invertidos son más altos, si quitamos esos recursos, el acceso, se pierde y el principio de acceso al sistema educativo no lo podemos perder. Entonces, por eso es más interesante mantener y más útil y acorde con cómo hemos estructurado nuestro sistema educativo y nuestra política educativa hasta ahora, pensar en términos de acceso, pensar que ciertas cosas hay que mantenerlas aunque tengan un coste aparente mayor y mirar con bisturí, muy detalladamente y eso quizás nos invitará a dimensionar otras zonas un poquito más intermedias. Pero es algo que hay que mirar caso por caso y no solo comunidad autónoma por comunidad autónoma, sino básicamente a nivel sub autonómico, ¿no? Con unos números muy detallados, precisamente, para ver al mismo tiempo recursos invertidos per cápita y acceso, medido en tiempo de llegada al colegio, medido de muchas maneras, pero hay que mirar acceso”. Los investigadores coinciden en que hay que empezar a tomar decisiones ya. Y no solo en España. El declive demográfico afecta a muchos países y lo está haciendo a la vez, con lo que no estaría de más “que los de la OCDE abrieran mesas de reflexión y debate sobre cómo afrontar el futuro educativo de las próximas generaciones” afirma Galindo. “La decisión aquí es la primera que decía, solo podemos elegir si actuamos ahora o actuamos más tarde. Entonces, actuar ahora puede parecer que tiene un coste político aparente inmediato, pero en realidad también tiene, digamos, ventajas políticas directamente que es tú decides en qué inviertes los recursos. Y eso puede tener beneficios no solo sociales, no solo económicos, sino también incluso políticos”. Nos recuerda el sociólogo el caso de Moldavia donde acometieron una reforma educativa de calado provocada, justamente, por su declive demográfico. La entonces ministra de educación es hoy la presidenta del país, Maia Sandu. Parece que la política educativa, el futuro del sistema, a dónde destinamos los recursos, el diseño… no está en la agenda política, pero explica Galindo que “cualquier cuestión que tenga que ver con política educativa que sí que está, sin duda alguna, en la agenda de los hogares. En la agenda de los hogares cualquier cosa de política educativa siempre está. Siempre. También está en la política de hacer de día a día. Y sí está, sin duda alguna, en la de los hogares y las decisiones que tienen que tomar y sus entornos inmediatos y sus barrios y sus pueblos”.