Una familia de Sigüenza, en Guadalajara, vive estos días con angustia ante la posibilidad de que una niña de cuatro años, huérfana de madre desde 2023, tenga que irse a vivir con su padre biológico, denunciado por malos tratos en el pasado. La menor, conocida por sus iniciales L.C.L., ha crecido hasta ahora en un entorno familiar estable, arropada por su abuelo, su hermano mayor y sus tías, un contexto que los servicios sociales de Castilla-La Mancha reconocen como seguro y adecuado para su desarrollo. Sin embargo, una resolución judicial del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Arenys de Mar (Barcelona) ha ordenado la entrega progresiva de la niña a su padre, quien no la reconoció legalmente hasta después del fallecimiento de la madre en un atropello. Aunque el auto contempla un régimen de visitas supervisadas, la familia materna asegura que el progenitor solo ha acudido a una de las nueve visitas establecidas y que no mantiene contacto con la menor. En el primer encuentro, afirman, la niña quedó emocionalmente afectada y rechazó volver a verle. Desde entonces, dicen, presenta síntomas de ansiedad como hacerse pis por las noches y cambios de comportamiento en el colegio. El Gobierno de Castilla-La Mancha ha querido formar parte del debate social al respecto siendo Sara Simón, Consejera de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha la que ha estado encargada de reunirse con la familia de la niña para conocer el contexto de la situación. Después, ha estado en Herrera en COPE Guadalajara analizando todos los aspectos de cara a ese 31 de julio. Ha asegurado que "desde la distancia, tengo dudas de que se haya estudiado bien a fondo esta situación". Aunque anima a aceptar las decisiones judiciales que se concluyan de este proceso.