«Danger: chinches en las sillas «. Este aviso en 'spanglish' es el que ha tapizado los rincones de la comisaría del aeropuerto de Barajas en la Terminal 1 durante semanas. El tiempo que los agentes y usuarios han tenido que aguantar picaduras de estos insectos, muy difíciles de exterminar, hasta que la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha tenido que intervenir y desinsectar la zona. Esto ocurrió la semana pasada, tras las quejas reiteradas del sindicato policial Jupol y después de que el administrador aeroportuario español , AENA, se negara a hacerlo. Arguyó que esa zona era responsabilidad del Ministerio del Interior, mientras que sí fumigó otras partes, como las de la T-4. El pasado 8 de julio, Jupol denunciaba «la inadmisible situación sanitaria» en que se encontraban en esas dependencias, que comenzó en la zona de vestuarios masculinos: «Nuestros compañeros están siendo literalmente acribillados por chinches, sufriendo picaduras dolorosas, alergias y un riesgo evidente de llevar estos parásitos a sus domicilios. Esta situación es vergonzosa, insalubre y totalmente impropia de una instalación policial del principal aeropuerto del país». Una semana después, el 15 de julio, el sindicato denunciaba que «las únicas medidas adoptadas hasta ahora por AENA por la plaga de chinches en los vestuarios masculinos han sido totalmente ineficaces y contraproducentes«. Abundaban en ello asegurando que «el mobiliario afectado por la plaga» había sido «retirado de los vestuarios y trasladado a las zonas comunes» de la comisaría. Esto no hizo más que propagar el problema al resto de instalaciones, «empeorando gravemente la situación sanitaria y de salubridad en el principal aeropuerto del país».