El exmarido de Juana Rivas se defiende: nadie ha podido probar los supuestos malos tratos que denuncia su hijo mayor

La defensa de Francesco Arcuri , el exmarido de la granadina Juana Rivas que mañana, si se cumplen las previsiones, debe llevarse a su hijo menor a vivir con él a Italia en aplicación de una resolución judicial, ha salido al paso de las acusaciones vertidas por su hijo mayor, Gabriel, quien en una carta enviada «a cualquier autoridad competente de España», le acusa de haberle sometido a malos tratos durante ocho años. En su respuesta, el abogado en España de Arcuri recuerda numerosas apreciaciones de especialistas que le examinaron en Italia en varias ocasiones y que extraen como conclusión que « no consideran en absoluto que Arcuri sea un hombre violento y peligroso para los hijos«. Especifica que en su momento un fiscal solicitó el archivo de una denuncia de Juana Rivas por malos tratos al considerar « completamente inverosímiles « sus declaraciones, que entraban »en evidente contradicción con lo informado por los servicios sociales en sus informes, además de no estar confirmadas por certificados médicos«. También ha mencionado que un juez de instrucción observó que «ninguno de los informantes escuchados, incluidos las personas indicadas por la propia Rivas como conocedoras de los maltratos denunciados por ella, había confirmado el relato de la mujer; por el contrario, todas las acusaciones de Rivas habían sido puntualmente desmentidas» por los informes de los Servicios Sociales de Carloforte (Italia). Esos informes, ha añadido, destacan que que Arcuri «era un padre atento y cuidadoso con las necesidades de los hijos«. Además, de los certificados médicos presentados por la madre para intentar demostrar los malos tratos hacia sus hijos »sólo en dos, y relativos únicamente a Daniel, no se expresaba ningún juicio de compatibilidad entre las leves lesiones detectadas y una conducta agresiva, y la referencia en los mismos a maltratos era una mera transposición de lo informado por Rivas«. Asimismo, ha hecho referencia a un informe de Cristiana Desogus , curadora especial de menores, presentado en la Corte de Cagliari (Italia) en la que relata que los niños «han sido llevado por la madre a especialistas, psicólogos, centros de protección contra la violencia; todo esto en total desprecio de las advertencias y prohibiciones que esta Corte ha emitido contra Rivas, quien, evidentemente no satisfecha con los resultados que pretende obtener, sigue desobedeciendo todas las disposiciones que la autoridad judicial emite. El niño (Daniel) sigue informando que es inducido por la madre y también por el hermano (Gabriel) a mentir sobre las violencias que sufriría por el padre». La conducta de Arcuri, según determinó la Corte de Apelación de Cagliari el 21 de enero de 2023, debía «ser monitorizada trimestralmente por los servicios sociales de Carloforte, con un incremento de la intervención del educador domiciliario en el núcleo familiar paterno«. En todo el periodo en el que estuvo así vigilado no se observó nada que justificara las acusaciones de malos tratos, pero sobre Juana Rivas, la mencionada Corte de Apelación de Cagliari concluye que «muestra un funcionamiento psíquico gravemente patológico , asociado a una desorganización del pensamiento; ha manifestado grandes capacidades manipuladoras hacia los menores; su competencia parental resulta gravemente afectada: su enfoque no parece estar en los hijos sino en la violencia de género sufrida por el excompañero«.