El término ‘político, ca’ evoca en nuestra mente a una serie de personas, generalmente de semblante grave y adusto, que conducen la actividad pública y rigen nuestra vida a través de sus decisiones en respetables instituciones de los poderes del Estado, como el Consejo General del Poder Judicial, las Cortes Generales, el Gobierno, el Tribunal Supremo... Es posible que esa evocación nos haga torcer el gesto y hasta sentir un cierto rechazo: no en vano la profesión de político es la peor valorada en todo el mundo —en base a parámetros como la ética, la honestidad o la integridad —, con diferencia abismal respecto a la profesión médica (generalmente la mejor valorada). Me resulta muy llamativo que algunos médicos se... Ver Más