Balance agridulce del primer semestre para el Puerto de Alicante. La apuesta de sus responsables por impulsar el tráfico de contenedores y las líneas ro-ro (las que permiten embarcar directamente a camiones) han conseguido un considerable aumento de este tipo de tráfico en sus instalaciones, considerado como el más rentable. Una subida que, sin embargo, no ha sido suficiente para compensar el desplome que se ha producido en el tráfico de graneles sólidos, como las calizas y áridos que se utilizan para la construcción -afectados por la guerra arancelaria desatada por Trump- o el cemento.