Mucho antes de la fundación de Deusto, Euskadi ya contaba con universidad propia. En pleno siglo XVI, el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola impulsó la creación de la Universidad del Sancti Spiritus en Oñati, que funcionó como tal hasta su cierre en 1901. Derecho, Teología, Artes y Medicina fueron los pilares académicos de un centro que hoy es uno de los máximos exponentes del Renacimiento vasco. Declarado Monumento Histórico Artístico y parte del conjunto monumental del casco histórico de Oñati, el edificio es conocido por su fachada, su claustro y su artesonado, además del retablo interior. El pasado 11 de julio, un rayo impactó en la parte superior del edificio, provocando la caída de una de las esculturas decorativas conocidas como “soldados de la fe”. Algunas piezas cayeron a la calle, otras sobre la cubierta, pero no hubo que lamentar daños personales. “Se recuperaron todos los fragmentos, desde los más grandes hasta los minúsculos, y ahora están guardados en la capilla”, explica en COPE Euskadi Ainara Iroz, jefa de Patrimonio Histórico-Artístico de la Diputación de Gipuzkoa. La Diputación foral ya tenía en marcha un proyecto de rehabilitación integral del edificio, que ahora incluirá también la reparación de los daños provocados por el rayo. Las obras están impulsadas por el Departamento de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio y cuentan con una financiación de 2,9 millones de euros a través de fondos europeos Next Generation. “Se restaurará la fachada, se adecuarán espacios para la oficina de turismo, se mejorará la accesibilidad y se introducirán medidas de eficiencia energética”, detalla Iroz. Actualmente se está redactando el proyecto técnico definitivo y se espera que las obras puedan comenzar a lo largo de este mismo año. Por ahora, no se ha decidido si la escultura caída se restaurará o se sustituirá por una réplica. “Las piezas se trasladarán al Archivo Histórico Provincial de Gipuzkoa, donde se estudiarán una a una. También estamos recopilando imágenes y levantamientos previos que ayuden a reconstruir la figura”, indica la responsable foral. La Universidad del Sancti Spiritus no es el único tesoro de Oñati. Su casco histórico está repleto de casas señoriales, y muy cerca se encuentran la iglesia de San Miguel y el santuario de Arantzazu, en pleno parque natural de Aizkorri-Aratz. “Es un museo al aire libre. A veces nos vamos muy lejos en vacaciones y tenemos maravillas así a la vuelta de la esquina”, recuerda Iroz.