Este jueves, la comunidad gallega se viste de gala. En esta víspera del Día Nacional de Galicia, Santiago Apóstol, se han entregado las medallas de Galicia. Son las máximas distinciones que entrega la comunidad. La Xunta las concede en este 2025 a los alcaldes de Oporto, Rui Moreira, y de Braga, Ricardo Rio, en reconocimiento a su labor y al fin de sus mandatos, tras cumplir el límite legal establecido en Portugal. El presidente, Alfonso Rueda destaca o su papel clave en el fomento de la cooperación entre Galicia y el norte de Portugal, con lazos que trascienden lo geográfico para abarcar lo cultural, social y económico. De Moreira, destaca su impulso al Corredor Atlántico y al AVE entre Galicia y Portugal. Vigo-Oporto-Lisboa. Ha abogado por unir intereses para cobrar protagonismo ibérico y en el proyecto europeo, PESE, ha llegado a decir, al desprecio de los gobiernos de España y Portugal. Y ha llamado a implicar a los habitantes del norte de Portugal y de Galicia en esta tarea. Rio, alcalde de Braga, fue galardonado por su trabajo en organismos como el Eje Atlántico y su compromiso con mejorar la calidad de vida transfronteriza. Galicia, dice, es también su casa. Y esto supone un manantial de oportunidades. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda asegura que ahora es imprescindible acelerar la coordinación estratégica entre ambos territorios y que eso se traduzca en un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos. En un mundo fracturado, gallegos y portugueses apostamos por la unión. Dice Rueda que Galicia interpreta desde hai décadas a súa identidade cunha partitura propia, que combina el arraigo del autóctono con una marcada vocación universal. En esta época convulsa, en la que sobra polarización y se echa en falta generosidad, unidad y altura de miras, Galicia emerge como una “isla de estabilidad” en medio de un “océano de incertidumbre”. Tanto España como Portugal padecemos en los últimos años las tempestades de la inestabilidad o del descrédito de la política. Cuando las certezas y la seguridad dejan paso a los escándalos y a la política del regate corto, se crea un terreno fértil para los extremismos”, ha valorado Rueda. La unidad, dice, se traduce siempre en progreso. Sitúa entre los casos más evidentes del éxito del continente el territorio entre Galicia y el Norte de Portugal, con 51.000 km², 6,3 millones de personas. “No necesitamos pinganillos”, ha incidido, al resaltar cuando los idiomas unen y no separan. Este jueves, se ha ratificado la buena relación de Galicia con nuestros vecinos, una amistad QUE parece indestructible. Dos corazones en uno solo, terminaba el presidente. Nunca vimos una frontera, como mucho... unha raia.