Los perros son la mascota por excelencia del ser humano desde hace milenios. Estos peludos compañeros de vida alegran el día a día con su cariño incondicional y su enérgica disposición, y lo único que piden a cambio es un poco del tiempo de sus dueños. Son un remedio perfecto para la soledad y el aislamiento social, y acaban por convertirse en un miembro más de la familia. Pero ¿y si los beneficios que aportan van más allá de la compañía? Ana Pérez, médico de familia, afirma que el afecto de un perro y el acto de darle caricias es una forma de terapia natural beneficiosa para el organismo.