Pescado, una caña y una barca con brasas. Unos ingredientes así de simples dan vida a uno de los mayores emblemas de la provincia de Málaga y, en concreto, su Costa del Sol: los espetos. Una joya gastronómica que ha traspasado fronteras y se ha convertido en uno de los platos más deseados y alabados por los miles de turistas que cada año acuden al territorio.