Hay noches que uno no sabe que va a recordar toda la vida hasta que ya han pasado. La juventud, los amigos, el verano... cuántas veces damos por hecho que siempre estarán ahí. Es fácil creer que esas noches infinitas , en las que el mundo parece estar a favor, no se acabarán nunca. Pero crecemos, el calendario avanza, y un día, sin darnos cuenta, esas veladas pasan a ser recuerdo. Aun así, hay algo que no muere: las ganas de vivir, de cantar, de volver a volver. En Triana, en plena recogida de la Velá de Santa Ana , un grupo de señoras dejó sin palabras a quienes tuvieron la suerte de pasear por su misma calle. El vídeo, captado por el usuario @pepoislost y compartido en redes, ya ha emocionado a muchos. En él, las protagonistas — de edad avanzada pero no de espíritu— se miran las unas a las otras con una mezcla de complicidad, nostalgia y alegría. Como si la vida les estuviera regalando un nuevo baile bajo las luces tenues de una noche sevillana. «¿Qué no daría yo por empezar de nuevo? A pasear por la arena de una playa blanca…» Así empezaban a cantar 'Qué no daría yo' de Rocío Jurado como quien lanza una oración, como quien ruega volver a tener 20 años solo por una noche más. No hacía falta escenario, ni aplausos, ni público: ellas eran el espectáculo. Una de ellas, empujando un andador , demuestra que ni el paso del tiempo ni las piernas cansadas impiden cantar con el alma. Con voz firme y mirada viva, le pone letra a una emoción que todos entendemos, aunque a veces nos cueste expresar. Porque todos tenemos dentro a alguien que también daría lo que fuera por escuchar de nuevo una risa, por escaparse a aquel cine de verano, por volver a ser esa «niña que llega tarde a casa». «¿Qué no daría yo por escaparme a un cine de verano, donde alguien me daba el primer beso de amor…» Cerca del grupo, una mujer que presenciaba la escena dice: «Esta canción le encanta a mi madre». Y en ese gesto sencillo, se condensan generaciones enteras. Porque en esas señoras, muchos vieron reflejada a su madre, a su abuela, pero también a sí mismos, a ese futuro al que uno teme pero también desea llegar. El vídeo no es solo viral por lo emotivo. Lo es porque toca una verdad universal: que la juventud se va, pero las ganas de celebrar el momento pueden quedarse para siempre . Hay quien dice que por esa calle se vio pasar algo más que a unas mujeres recogiéndose de la Velá de Santa Ana. Se vio pasar la fuerza del recuerdo, la ternura de los años, y la certeza de que vivir con alegría siempre será una forma de resistencia. Ellas lo darían todo por volver al principio. Y, sin quererlo, nos han dado a todos las ganas de aprovechar el presente . Porque si al final de los años seguimos teniendo fuerzas para cantar, si seguimos reuniéndonos con nuestras amigas después de una fiesta, si seguimos encontrando motivos para emocionarnos... entonces, sí, habremos vivido de verdad. ¿Qué no daría yo? Quizás nada. O quizás todo. Porque como estas mujeres nos han recordado: la vida, cuando se canta, duele menos... Y sabe mejor.