Una ingeniera de alimentos advierte del error que comete la gente al cocinar el pollo: «Las bacterias pueden esparcirse»

El pollo es uno de los alimentos más consumidos del planeta. Sin embargo, muchas personas siguen cometiendo el error de lavarlo bajo el grifo justo antes de cocinarlo. Esta práctica, aunque pueda parecer higiénica, resulta contraproducente. Pero ¿por qué? Sobre este tema ha hablado recientemente la ingeniera en alimentos Monse Meléndez, experta en seguridad alimentaria que comparte consejos sobre bienestar y nutrición en redes sociales. En una de sus últimas publicaciones de Instagram, Meléndez demuestra con un experimento por qué no se debe lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. Según detalla, el pollo puede contener bacterias peligrosas como Salmonella o Campylobacter, microorganismos capaces de provocar intoxicaciones alimentarias si no se manipulan correctamente. «La única forma segura de eliminar esas bacterias es cocinando bien el pollo. No sirve de nada lavarlo», explica la experta, que advierte que esta costumbre puede incluso aumentar el riesgo de contagio. Para demostrarlo, Meléndez colabora con el Analysis and Research Lab en un experimento con distintas muestras: una de pollo crudo, otra de pollo cocido sin lavar, una tercera de pollo lavado y luego cocinado, y una última del área donde se lavó la carne. Todas se depositan en cajas Petri para observar el crecimiento bacteriano tras unos días. El resultado es claro. No se detectan bacterias en las muestras cocinadas —ni en la pieza lavada ni en la no lavada—, lo que confirma que la cocción elimina los patógenos. En cambio, sí aparece una notable proliferación de bacterias en la superficie del fregadero, donde se había lavado el pollo, lo que evidencia el riesgo de salpicaduras invisibles que pueden contaminar la cocina. «Cuando lavamos el pollo, esas bacterias se esparcen por la cocina, aunque no lo veamos», resume Meléndez. Por eso, insiste en que dejar esta costumbre atrás es necesario para evitar intoxicaciones.