Las migraciones son, siempre lo han sido, uno de los puntos candentes en la agenda internacional. Las migraciones son eternas, observó Milos Cernianski al novelar el desplazamiento de miles de serbios del imperio otomano al austro-húngaro en el siglo XVIII. Los problemas, estructurales, afloran -y alarman- a diario, al hilo de episodios coyunturales. Fijar algunos conceptos puede ser útil.