El fuego ha calcinado 84 hectáreas tras una rápida propagación y ha provocado el desalojo de medio millar de personas Pocos minutos después de las 19:00 del martes algo ocurrió en la carretera a escasos metros del cruce del Castillo de la Albaida. La chispa de un vehículo o la colilla de un conductor imprudente provocó un gran incendio que ha quemado 84 hectáreas y ha obligado a desalojar a medio millar de personas. Más de 300 han pasado una noche fuera de sus casas, con el susto en el cuerpo de no saber si cuando regresaran iban a tener vivienda. Pero, ¿qué es lo que ha pasado para que en tan pocos minutos el incendio se propagase de manera tan violenta? Primero, el origen. El fuego comenzó en una cuneta de la carretera que sube a Trassierra por la Albaida. La Brigada de Investigación del Infoca ya está trabajando en un informe que mínimo tardará dos semanas y que trata de determinar qué pudo provocar la primera combustión. ¿Una colilla, una chispa, un cristal, un incendiario? De momento, todo está bajo investigación y el trabajo sobre el terreno determinará las causas. Se está analizando también un vídeo grabado escasos minutos después, cuando el pasto ya estaba ardiendo y avanzando a velocidad récord hacia la Albaida. Y es aquí donde está la segunda clave del gran incendio: el pasto seco. Esta primavera ha llovido mucho en Córdoba. Tanto que el pasto creció. El paso atrás de la ganadería extensiva ha provocado que a diferencia de lo que ocurría hace décadas ese pasto se haya secado sin que ningún animal se lo haya comido. La hierba ha crecido mucho, ha cogido porte y se ha secado. Ahora, es un “combustible fino”, según el lenguaje técnico del Infoca, que hace que cualquier fuego se propague rápidamente en segundos. El gran incendio de Córdoba fue rápidamente avistado. El 112 recibió una treintena de llamadas de teléfono en minutos. El Infoca reaccionó lo más rápido posible. Pero los diez minutos que tarda en arrancar un helicóptero o los escasos minutos en los que despegan los aviones de carga en tierra del Aeropuerto de Córdoba dieron una ventana al fuego. “Este verano estamos viendo cómo hay fuegos a un minuto del dispositivo que ya se extienden por diez hectáreas”, reconocen a este periódico fuentes del plan Infoca. La zona cercana al Castillo de la Albaida tiene una gran cantidad de pasto muy seco, que ha sufrido incluso más durante las últimas jornadas. Aunque la ciudad ha sufrido en junio episodios de calor extremo, fuentes del Infoca señalan que las últimas noches han sido calurosas también pero con un factor peligroso para los incendios: de escasa humedad. Si la humedad es muy baja, la vegetación sufre y apenas tiene defensa ante la llegada del fuego. Eso ayuda a que el incendio se propague mucho más rápido. El viento En los primeros minutos del incendio se unió un tercer factor: el viento. Aunque no hubo rachas violentas, como en días anteriores, sí que se anotaron algunas de hasta 30 kilómetros por hora. Esa es una velocidad que provoca que el fuego se extienda rápidamente. La dirección del viento llevó el incendio hacia la urbanización Santa Ana de la Albaida y hacia el club Vista Sierra. Después, quiso enfilar hacia Las Ermitas y la Cuesta del Reventón. Aunque los agentes forestales lograron contenerlo en la zona alta mientras de desalojaba la zona baja. Este incendio, que se dio por controlado este jueves por la mañana, ha quemado 84 hectáreas. Aún no se ha calculado cuánto ha sido monte, monte bajo, matorral o agrícola. E incluso urbano. Aunque sí que se sabe que no ha habido daños personales y escasas pérdidas materiales. Esta superficie quemada aleja al incendio de Córdoba de ser uno de los grandes ni tan siquiera en Andalucía en lo que va de año. Pero el lugar en el que se produjo sí que lo convirtieron en especialmente peligroso, por su cercanía a núcleos habitados. Los grandes incendios son los que superan las 500 hectáreas de superficie quemada. No obstante, es un aviso para lo que resta del verano. La situación tras las lluvias de primavera es especialmente sensible. En el monte y en el campo abunda el pasto seco, de grandes dimensiones y que nadie ha retirado. A poco que vuelva a saltar una chispa en un día caluroso y seco, y con viento, se podrá provocar un enorme fuego, con consecuencias incluso peores. Es por ello que este es uno de los veranos que más preocupa al Infoca y en el que más se está incidiendo en la precaución y el cuidado.