Desde mi terraza veo cuatro piscinas construidas en los tejados de los edificios vecinos. Las tres más antiguas ya no las utiliza nadie, la que se ha estrenado este verano tiene actividad cada día, aunque pronto pasará. Las piscinas tienen su interés en los hoteles, en las masías o en algo a lo que vas excepcionalmente, pero en el ático de tu casa pronto caen en el olvido y sólo te las recuerdan las caras facturas de su mantenimiento. Durante el día está la familia, poco a reportar. Por la tarde se pone más interesante porque suele subir la hija con algunas amigas. Este año ha aprobado la Selectividad, lo sé porque a finales de junio hizo una fiesta para... Ver Más