Colas interminables, francotiradores y 11 minutos de caos: así opera la "trampa mortal" para conseguir comida en Gaza

Esperar horas de noche, a la intemperie y con riesgo de recibir los balazos de los soldados israelíes no garantiza hacerse con un paquete de víveres en la Franja, donde se cierne la hambruna Los palestinos se mueren de hambre en Gaza en medio de otra ofensiva israelí: “Es el infierno en la Tierra” En un sector al que se le acaban las palabras para dar la voz de alarma, el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, Philippe Lazarini, quiso ser absolutamente taxativo al describir el sistema de reparto de alimentos que impera en Gaza. Es una “sádica trampa mortal” , dijo el pasado lunes. Las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza elevan a 113 el número total de fallecidos por inanición desde el comienzo de la invasión israelí, en octubre de 2023. Las personas hambrientas mueren también a tiros o por otras causas violentas cuando buscan comida. “A fecha de 21 de julio, hemos registrado que se ha matado a 1.054 personas en Gaza que intentaban conseguir comida, declaró el portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Thameen Al-Kheetan. ”766, en las proximidades de los puntos [de reparto] de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), y 228 cerca de convoyes de la ONU y otras organizaciones humanitarias“, precisó. Cientos de palestinos desplazados internos se reúnen frente a un comedor social en la ciudad de Gaza en mayo de 2025 La búsqueda de alimentos se ha vuelto tan mortífera como los bombardeos, explican las mismas voces que han cuestionado sin descanso el funcionamiento de GHF, un ente opaco sin experiencia en labores humanitarias, creado específicamente para Gaza, patrocinado por Israel y EEUU y acusado de violar los principios de neutralidad e independencia que deben regir este trabajo. Un análisis realizado por la Unidad de Datos y Análisis Forense de Sky News ha revelado este mes que las muertes en Gaza se dispararon durante los días en los que hubo más distribuciones de GHF: en los días en los que hay cinco o seis repartos de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza, las autoridades han informado de casi el triple de víctimas en el enclave palestino que cuando hubo solo dos o menos. La organización británica Forensic Architecture, asociada a la Universidad de Londres, ha concluido, tras analizar el operativo, que Israel ha impuesto un sistema de “ayuda letal a través de los puestos de racionamiento de la GHF, al tiempo que desmantela un modelo civil de eficacia probada, con el fin de concentrar a los palestinos en Rafah y empujar a la sociedad de Gaza hacia el colapso”. ¿Cómo funciona este sistema? Los gazatíes tienen que acudir a uno de los cuatro puntos habilitados —tres en el sur de la Franja y uno en el centro; previamente, cuando era la ONU la que se ocupaba el reparto, eran 400 (y sin presencia militar)—. Así se ubican los centros de reparto de alimentos de la GHF en Gaza Jerusalén N Área ampliada 2 km Centro de la GHF Principio de la cola Punto de control Erez Oeste NORTE DE GAZA Erez Ciudad de Gaza Beit Hanoun Corredor Netzarim Campamento de Nuseirat Zona militar del ejército israelí Zonas con órdenes de evacuación emitidas desde el 18 de marzo. Wadi Gaza DEIR AL BALAH Dentro de la zona militar y bajo orden de evacuación Paso de Kissufim JAN YOUNIS Franja de Gaza ISRAEL EGIPTO RAFAH Paso de Rafah Paso de Kerem Shalom GRÁFICO: IGNACIO SÁNCHEZ. FUENTE: THE GUARDIAN Así se ubican los centros de reparto de alimentos de la GHF en Gaza Jerusalén N Área ampliada 2 km Centro de la GHF Principio de la cola Punto de control Erez Oeste Ciudad de Gaza NORTE DE GAZA Erez Beit Hanoun Corredor Netzarim Campamento de Nuseirat Zona militar del ejército israelí Zonas con órdenes de evacuación emitidas desde el 18 de marzo Wadi Gaza DEIR AL BALAH Dentro de la zona militar y bajo orden de evacuación Paso de Kissufim JAN YOUNIS ISRAEL EGIPTO RAFAH Paso de Rafah Paso de Kerem Shalom GRÁFICO: IGNACIO SÁNCHEZ. FUENTE: THE GUARDIAN The Guardian ha recabado testimonios de algunas de las personas que han acudido a ellos. “He ido cuatro días seguidos y no he encontrado nada, ni siquiera harina; nada”, dice al periódico británico Raed Jamal, un hombre de 36 años que sobrevive en una tienda de campaña en el campamento de refugiados de Mawasi, levantado sobre la playa en el extremo sur de la Franja. “A veces no puedes llegar antes que el resto, pero qué más podemos hacer, nuestra vida es una lucha”, lamenta. Los puntos de reparto de Saudi (al que acude regularmente Rael), Tal al-Sultan, Jan Yunis y Wadi Gaza (actualmente cerrado) están ubicados en las llamadas zonas de evacuación, lo que implica que los civiles que vayan en busca de comida tengan que entrar en áreas de las que ya se les había mandado partir con anterioridad. Forensic Architecture ha analizado estas características estructurales del diseño de los centros GHF que hace que sean tan letales, como que las rutas de acceso pasen cerca de los puestos militares israelíes. Los paquetes de ayuda del Programa Mundial de Alimentos se distribuyen tras llegar con éxito a los almacenes de la organización en la ciudad de Gaza, el 26 de junio de 2025. A los emplazamientos se accede por caminos mal señalados, rodeados de tanques, soldados y drones. Son trayectos con puntos de control intermedios en los que se forman colas que tardan horas en avanzar. Y de repente, sin aviso previo, el control se abre durante unos minutos —unos 11 de media, según el cálculo que hace The Guardian tras consultar los anuncios publicados en la cuenta de Facebook o en los grupos de Telegram de la GHF —. Pasar horas de espera no garantiza hacerse con un paquete. Mahmoud Alareer, un hombre de 27 años —suelen ser hombres, considerados más fuertes, los que se lanzan a por las remesas para la familia— que duerme en una tienda en Ciudad de Gaza, dice que los anuncios de apertura de puertas no le sirven de mucho, porque vive lejos del punto de distribución más próximo, el de Wadi Gaza. Así que que se queda esperando de noche lo más cerca posible del lugar con la esperanza de que abra de madrugada, a las 2:00 horas. Ciudad de Gaza Punto de control Corredor Netzarim Campamento de Nuseirat Centro de la GHF 8 km hasta el inicio de la cola Wadi Gaza N Punto de control Corredor Netzarim Ciudad de Gaza Campamento de Nuseirat Centro de la GHF 8 km hasta el inicio de la cola Wadi Gaza N El procedimiento que describe a The Guardian es el siguiente: primero, se sube a la parte trasera de una camioneta para recorrer la larga distancia entre la ciudad y el corredor de Netzarim, que está militarizado. Después espera a que oscurezca y los soldados israelíes franqueen el paso. “Cuando llegas avanzas despacio, muy despacio”, dice, y explica: “Sabes que te pueden disparar a ti o quien vaya a tu lado”. “Los francotiradores abren fuego al azar sobre las multitudes como si tuviesen licencia para matar”, censuró Lazzarini el lunes. “Todos y cada uno de los días que hemos tenido distribuciones en esos sitios ha habido muertos y heridos”, coincide, en conversación con elDiario.es, el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Aitor Zabalgogeazkoa, que señala que el personal armado que guarda los puntos de distribución “hace el control de masas a base de tiros”. Alareer cuenta que, una vez se abre el paso, llega el caos. La gente empieza a correr en dirección a los paquetes, que están en el centro de la zona de reparto. Es habitual que la gente tropiece y se caiga entre baches y marañas de alambre. Zabalgogezakoa indica que la noche es especialmente peligrosa. “Ha habido distribuciones a las 12:00 de la noche, a las 2:00 de la madrugada. Es absolutamente kafkiano. Miles de personas yendo a recoger comida, saltando cada una por donde puede... Luego hay tantas [...] que la gente se empuja; ha habido aplastamiento contra las vallas y miles de cortes con las concertinas”, relata. Desplazados palestinos llevan paquetes de ayuda humanitaria a lo largo de la calle Rashid, al oeste de Yabalia, el 22 de junio . “¿Comeré hoy?” “Hay una pregunta que resuena por toda Gaza cada mañana: '¿Comeré hoy?'”, dice un trabajador de una organización humanitaria de las 109 que han firmado un comunicado esta semana —entre las que están Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras, Oxfam o Cáritas— que clama contra la “hambruna masiva” que se cierne sobre la Franja y afecta tanto a los palestinos como al persona que los atiende. Las organizaciones denuncian que hay almacenes en la Franja que albergan “toneladas de comida, agua limpia, suministros médicos, elementos para guarecerse y combustible”, pero Israel impide el acceso. “Las restricciones, retrasos y fragmentación del Gobierno de Israel y su asedio total han creado caos, hambruna y muerte”, sigue la nota, que indica que los menores están sufriendo un impacto devastador y cita a un trabajador encargado de dar atención psicológica: “Los niños les dicen a los padres que quieren ir al cielo, porque al menos allí hay comida”. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) informó esta semana que en torno al 25% de los dos millones de habitantes de Gaza están en una situación similar a la hambruna, y que casi 100.000 mujeres y niños sufren de desnutrición aguda y necesitan tratamiento urgente. Pese a la catarata de testimonios y denuncias, Israel sigue negando que esté impidiendo acceder a los suministros, e insiste en que hay cientos de camiones cargados de ayuda que las agencias internacionales solo tendrían que ir a coger para distribuir. El coordinador de MSF en la Franja se revuelve al oír esto. “Es un parking lleno de palés. Para llegar allí necesitas autorización de los israelíes. Para salir de allí necesitas autorización de los israelíes y tienes que cruzar toda la zona controlada por los israelíes y [...] una especie de tierra de nadie”. Israel, prosigue Zabalgogeazkoa, “no autoriza más de 15 o 20 camiones al día; los tienen 48 horas esperando y les cambian la ruta a última hora”, mientras la gente, “desesperada”, aguarda en la ubicación original. Lo que subyace es que Tel Aviv “pretende ser la única solución y que la única comida que entre sea a través de ellos”, cuando lo que tendría que hacer es dejar trabajar a los profesionales del PMA. “Cuando no intervienen los israelíes, no hay muertos”, concluye. Este jueves, Lazzarini ha reiterado que la organización tiene el equivalente a 6.000 camiones cargados de comida y suministros médicos en almacenes de Jordania y Egipto. Según la agencia, esta cantidad puede proporcionar alimentos a toda la población durante tres meses. Solo necesitan que Israel permita su entrada.