La universidad donde Noelia Núñez aparecía como profesora, autorizada con un informe negativo del Ministerio del PP

La Comunidad de Madrid dio la licencia al centro guatemalteco, a pesar de presentar problemas con el número de doctores y los espacios docentes, dos años después de que el exconsejero de Sanidad de la región, Javier Fernandéz Lasquetty, fuera nombrado vicerrector de la Francisco Marroquín La dirigente del PP Noelia Núñez dimite de todos sus cargos “orgánicos” e “institucionales” por falsear su currículum En diciembre de 2014, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, informaba de que su consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, dejaba la política para pasar a ser vicerrector de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) en Guatemala. Dos años después, el Gobierno regional, dirigido en ese momento por Cristina Cifuentes, autorizaba a la UFM a abrir un campus en Madrid para impartir títulos que solo tienen valor en Guatemala . La UFM se ha visto estos días en el centro de la polémica generada alrededor de Noelia Núñez, diputada nacional del PP que ha anunciado que dimite de todos sus cargos después de hacerse público que durante años ha incluido en su currículum vitae una licenciatura que no tenía . Aunque ella nunca lo ha dicho, la universidad ha presentado en los últimos años a Núñez como una de sus profesoras de Ciencias Políticas. Hasta que saltó el caso del CV inflado y de la noche a la mañana han desaparecido de la web de la UFM las referencias a la joven política. La universidad dice ahora que nunca ha sido profesora en sus campus. Pero, impartiera clase o no, era presentada como tal. La evidencia sigue ahí porque internet todo lo guarda . Imagen de un vídeo promocional de la "Universidad Francisco Marroquín" donde presentan a la diputada y dirigente del PP Noelia Núñez como "profesora de Ciencias Políticas". La Comunidad de Madrid autorizó el funcionamiento de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) pese a que el preceptivo informe previo que elabora el Ministerio de Universidades para analizar si una propuesta de universidad privada se ajusta a la legalidad era desfavorable. “En la propuesta de informe elaborada se formulan distintas observaciones que son relevantes y que conducen a la propuesta de informe desfavorable. Las observaciones inciden en tres aspectos: no se aportan datos sobre número de doctores; no se justifica la existencia de suficientes espacios docentes; y el contrato de arrendamiento deja de tener vigor por el incumplimiento de la condición suspensiva prevista en el mismo”, refleja el informe elaborado por el Consejo de Universidades en 2015, al que ha tenido acceso elDiario.es. El mismo día que el Consejo de Universidades debatía este informe, que “la comisión permanente asume en su integridad”, la Comunidad de Madrid sostuvo que las deficiencias recién señaladas por el órgano ministerial ya estaba subsanadas. Este periódico ha preguntado al Gobierno regional por esta circunstancia, pero no ha obtenido respuesta. Dos años después de aquella afirmación, el Ejecutivo que entonces presidía Cristina Cifuentes y que tenía a Rafael Van Grieken como consejero aprobaba la licencia para el centro , firmada por este último. Con este movimiento, Cristina Cifuentes se adelantaba a la actual presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la práctica de otorgar licencias a universidades que han sido rechazadas por los informes técnicos del ministerio. En la Orden del 22 de febrero de 2017 que permite la actividad en Madrid de la UFM se explicita que en cumplimiento de la ley “el expediente ha sido informado por el Consejo de Universidades”. Lo que no dice es que ese dictámen fue desfavorable. Una vez autorizada, la UFM se ubicó en Madrid en las instalaciones de EUDE Business School, una escuela de estudios superiores que apareció en las investigaciones de Lezo y Púnica , dos operaciones anticorrupción que afectaban al PP. Contra el socialismo La “Marro”, como se conoce a la UFM, nació a principios de los 70 como reacción al incremento del socialismo en América Central y Latina y tiene la consideración de “templo del neoliberalismo en Latinoamérica” . Desde su ideología en defensa de “la libertad individual, la propiedad privada, un gobierno limitado y el mercado libre” el centro mantiene una relación cercana con el Partido Popular de la que Núñez es el último ejemplo. Fue un gobierno popular el que aprobó el centro mientras uno de sus exconsejeros era vicerrector. Esperanza Aguirre, que era la presidenta madrileña cuando la UFM comenzó el trámite para establecerse en España, participó como una de las estrellas invitadas en el Foro Latinoamericano de la Libertad en 2016 (en el lapso de tiempo durante el que la Comunidad de Madrid tramitaba la licencia), coorganizado por la UFM. La otra entidad detrás de ese foro es Atlas Network, que se presenta como una plataforma de promoción del libre mercado, pero según el periodista e investigador Julián Macías actúa como una red internacional en el ámbito de la derecha que ha intervenido activamente para influir en procesos políticos y mediáticos globales. Por la universidad han ido pasando profesores vinculados con más o menos intensidad al PP. Hasta hace unos días, Noelia Núñez era la última de una lista que incluye perfiles como José María Rotellar, que fue encargado del área económica del gabinete de Pablo Casado cuando era presidente en el partido o Pedro Swartz, quien se relacionó con el partido a principios de los años 80 pero sobre todo fue padrino político de Esperanza Aguirre. Lucía Figar, que fuera consejera de Educación precisamente con Aguirre, también se cuenta entre las conferenciantes que han pasado por el centro . Luego está el caso de Noelia Núñez. Durante años, la popular figuró como docente en la UFM. Tenía su propio perfil en el que se destacaba que profesora en Ciencias Políticas. Cuando empezó a sonar en redes el rumor de que la política no tenía la licenciatura que decía tener, la biografía colgada en esa página cambió. Pasó de tener una licenciatura por la Universidad Central de Misuri a una en la Universidad Complutense de Madrid (supuestamente había habido una confusión con las siglas, UCM). Poco después de que Núñez admitiera que no había tal título, su perfil desapareció. La profesora que no lo fue El País preguntó a la universidad y una portavoz explicó que la popular impartía docencia en el campus de Guatemala , sin más explicaciones. Esa versión duró un día. En la noche del miércoles al jueves (de España), la sede central de la UFM se desentendió definitivamente de Núñez con un comunicado titulado “Claridad sobre visita a la UFM”, donde señala que “Noelia Núñez no ha ejercido funciones docentes ni forma parte del cuerpo académico de la Universidad Francisco Marroquín”. Este periódico ha preguntado a la Universidad por esta incongruencia, sin respuesta. Fernando Díaz Villanueva, escritor y periodista español, le dedicó una entrada en su web al centro , del que destaca las facilidades que ha encontrado para establecerse. “En Guatemala (...) está muy desregulada la educación superior. Por allá es mucho más sencillo abrir una universidad, ponerla a funcionar y crear titulaciones propias. Tienen en Guatemala, además, la ventaja de que las universidades están exentas del pago de impuestos, lo que convierte a esta actividad en algo que puede llegar a ser muy lucrativo”. Y recuerda que la versión española del centro no tiene mucha utilidad por sí misma en Europa. Porque la UFM se denomina “universidad”, pero en España no tiene la capacidad de expedir títulos oficiales. No cuenta como una de las 13 privadas que hay en Madrid. Sus estudios solo tienen validez en Guatemala. “La UFM no tiene carácter oficial, es tan solo una universidad extranjera operando en España (...). Los títulos que expida, por lo tanto, no son oficiales ni estarán concedidos por el rey Felipe. Tampoco serán reconocidos a la par que los españoles en la propia España o en cualquiera de los 27 países integrantes de la Unión Europea”. También se sorprende este analista de que Javier Fernández Lasquetty, por entonces todavía vicerrector del centro, “no es siquiera doctor ni hizo carrera académica (...). Es muy probable que en España no hubiese llegado a ocupar ese cargo. Tampoco es del todo razonable que lo ocupe en Guatemala”, cierra.