Los teléfonos móviles inteligentes nos han cambiado la forma de viajar, pero la batería solo dura un día, y eso puede quedarse muy corto Por qué se calienta el cargador de tu móvil y cómo evitarlo Todos nos hemos encontrado alguna vez en una situación apurada pero un poco ridícula: buscar un sitio donde cargar el móvil. Con la batería al 3%, pendientes de una llamada o de un mensaje, y con miedo de perdernos algo, perder a alguien o, simplemente, perdernos. La situación se complica si estamos en un paraje natural sin enchufes en kilómetros a la redonda. Parece que los teléfonos modernos, nuestros fieles compañeros que en España usamos más de cuatro horas al día de media , tiene un talón de Aquiles: la batería, que en el mejor de los casos solo alcanza hasta el final del día. Por qué nuestros móviles nos abandonan Los fabricantes de electrónica se encuentran con un dilema para satisfacer a sus usuarios. La gente quiere dispositivos más potentes, rápidos y ligeros, pantallas más grandes, y que la batería dure lo más posible. Queremos procesadores ultrarrápidos para participar en juegos complejos con gráficos impresionantes, que editen vídeo en tiempo real, tengan una conexión de la máxima capacidad con 5G y WiFi que estén en activo constantemente, y el Bluetooth siempre encendido para conectar nuestros relojes, altavoces y auriculares. Pero estos objetivos son incompatibles con una batería suficientemente pequeña. A pesar de los últimos avances, duplicar la duración de la batería significa duplicar su tamaño y su peso, y nadie quiere llevar un ladrillo en el bolso (aunque luego hay quien opta por cargar con una batería externa , que pesa otro tanto). Quedarse sin batería en un viaje no es solo perder la posibilidad de subir una foto a Instagram. Es no poder acceder a un billete electrónico de tren o avión en el momento del embarque, o perderse en una ciudad extraña sin acceso a un mapa, o no poder traducir un cartel o la carta del restaurante. Además, significa perder el contacto con personas que esperan o que pueden preocuparse. La batería en un viaje puede ser una constante fuente de estrés. Los grandes desagües de energía del móvil En la compleja circuitería del teléfono hay componentes y programas que consumen más que otros. Cuanto más se mueven las imágenes en pantalla, mayor es el gasto. Esto quiere decir que deslizar un vídeo tras otro en redes sociales es un descaste permanente de batería. Las notificaciones constantes, que activan la pantalla, no ayudan a conservar energía. Todo lo que requiera conectividad de alta velocidad, como las videoconferencias o streaming de vídeo en directo añade al coste energético de la imagen el de la transmisión de datos. Las antenas de WiFi y datos móviles son necesarias, pero gastan mucha energía, especialmente al establecer la conexión. La antena de GPS es el otro gran sumidero de energía. Si estamos usando la navegación, veremos cómo la batería se descarga a toda velocidad. Incluso aplicaciones aparentemente inocuas como Facebook o Instagram, si tienen permisos de ubicación pueden estar consumiendo un extra de batería al consultar constantemente la posición con GPS. No olvidemos la propia búsqueda de señal. Cuando estamos en movimiento en trenes, autobuses o zonas remotas, el teléfono trabaja el doble para saltar entre torres de telefonía o encontrar una red más estable, y esta constante conmutación agota las baterías rápidamente. Las temperaturas extremas, tanto el frío glacial como el calor abrasador, dañan químicamente las baterías de iones de litio y reducen drásticamente su rendimiento y capacidad. Si al calor del verano sumamos el brillo de la pantalla al máximo para poder leerla a pleno sol, la batería tiene pocas oportunidades de completar el día. Cómo conservar la batería en los viajes Ante este panorama podemos cargar con baterías externas o incluso baterías con cargadores solares para los lugares más remotos. Pero si por algún motivo hemos olvidado estos dispositivos cuando más los necesitamos, hay algunas cosas que podemos hacer para mejorar la duración de la batería del móvil: El modo avión, aunque no estés en un avión: Si estamos en una zona de baja cobertura, podemos evitar que nuestro teléfono esté buscando red desesperadamente (y ahorrar mucha batería) poniéndolo en modo avión. En este modo no se deja activa ninguna red de telefonía móvil ni datos, por lo que el ahorro será notable. La pantalla oscura: El brillo excesivo de la pantalla puede acabar rápidamente con la batería. Bajarlo manualmente al mínimo puede marcar una diferencia de horas de duración, y si estamos a la sombra o en interiores basta con tener la pantalla al 30-40% de su potencia. Además, si usamos el modo oscuro de pantalla para nuestras aplicaciones conseguiremos un ahorro adicional, ya que los píxeles negros en pantallas OLED consumen menos. A la caza de las aplicaciones en segundo plano: Si haces una labor de detective y consultas en los ajustes de tu teléfono qué aplicaciones consumen más batería, verás que hay algunas muy glotonas que ni siquiera utilizas tanto. En realidad, estas aplicaciones están activas en segundo plano, a menudo usando el GPS para saber tu localización. Facebook o Instagram no necesitan saber tu ubicación en cada segundo, y desactivar esta capacidad en los ajustes de tu teléfono ahorrará mucha batería. Las actualizaciones automáticas también se conectan a datos sin que tú lo sepas y consumen otro tanto, así que por el momento, desconéctalas o limita las actualizaciones a los momentos en que el teléfono esté conectado al cargador. El modo ahorro de datos: El consumo de datos no solo es la parte más cara de la cuota del teléfono, también es la función que consume más batería. Si vas a estar lejos de una conexión WiFi durante horas, activa el Modo de Ahorro de Datos en los ajustes. Esto limita el uso de datos evitando descargas o actualizaciones, y pospone estas actividades para el momento en que el móvil esté conectado y enchufado. Descargar con antelación: Lo que está ya en tu teléfono no consume ni datos ni energía para descargarlo de la nube. En medio de un viaje con poca cobertura y la batería bajo mínimos no es el momento de ponerse al día con series de Netflix descargándolas sobre la marcha. En su lugar, descarga en casa los episodios que quieras ver y así podrás disfrutar de ellos en cualquier momento sin afectar tanto a la batería. Lo mismo se aplica a la música de Spotify o a los mapas de Google. Descarga tu lista de reproducción favorita y los datos del mapa la zona a la que vas a viajar, y así evitarás que Google Maps use la conexión y la batería cuando estés de un lado a otro sin cobertura y sin batería. Ahorrar batería en un viaje no consiste en apagar el teléfono, sino entender qué funciones son las más hambrientas, y tener la sabiduría de esperar hasta llegar al hotel.