Las excursiones organizadas reavivan la presión sobre los ríos de la comarca de Sobrarbe y los ayuntamientos responden con nuevas normativas y sanciones Sobrarbe, la comarca aragonesa que espera su turno: promesas, planes y una carretera cerrada seis meses Las excursiones organizadas a zonas de baño del Pirineo aragonés siguen estando muy en boga este verano, con lo que se está reeditando un fenómeno que ya despertó preocupación en años anteriores. Algunas agencias de viajes han retomado sus escapadas en autobús desde Barcelona con destino a enclaves naturales de la comarca de Sobrarbe. Se promocionan estas salidas como una experiencia de “desconexión y aventura en plena naturaleza”. Sin embargo, la creciente afluencia de visitantes a estos espacios naturales está generando un notable impacto, sobre todo los fines de semana. Los ayuntamientos vuelven a afrontar así un problema de la masificación y están tomando medidas en forma de sanciones y regulaciones. El Ayuntamiento de Boltaña ha dado forma a una ordenanza que se encuentra todavía en la fase de alegaciones. Regulará los accesos a las zonas de baño y controlará los aforos entre el 1 de junio y el 30 de septiembre. También se aplicará en Semana Santa y en el puente del primero de mayo, que también se incluyen dentro de la temporada debido a la notable afluencia de visitantes. Para controlarse los aforos se establecen limitaciones que, en el caso de la Gorga de Boltaña, en el río Ara, será de un máximo de cien bañistas en la zona de césped y de 20 debajo del puente. El alcalde de Boltaña, José María Giménez, defiende la “necesidad de esta nueva normativa no para restringir el acceso, sino para establecer límites razonables que aseguren la conservación del espacio y una convivencia respetuosa entre visitantes”. Prohíbe expresamente actividades como cocinar, lanzar basura, usar altavoces, instalar mobiliario de playa o saltar desde el puente. También se ha restringido el acceso con animales, aunque se ha habilitado una zona específica para ellos en otro punto del municipio. El incumplimiento de estas normas podrá sancionarse con multas que oscilan entre los 30 y los 900 euros. Las agencias de viajes se ven afectadas por estas limitaciones pero no restringen sus planes. Es el caso de la barcelonesa Viajes Ery Travel Group, que oferta para este fin de semana una salida desde la ciudad condal a Monte Perdido, Torla y Broto por un precio de 39 euros que cubre el desplazamiento y que en semanas anteriores organizó desplazamientos a Aínsa. Las cascadas y pozas naturales son destinos principales de estas excursiones. Desde la agencia confirman la predisposición a añadir nuevas fechas a las ya previstas y no tienen constancia de posibles sanciones. “Nosotros viajamos en el día, podemos disfrutar de una visita turística a Aínsa y después hay un tiempo para el baño en algunos de sus ríos”, apunta uno de sus responsables. Se alienta a los participantes a llevar su comida y disfrutar de un picnic en la naturaleza. Estas salidas, que parten a primera hora de la mañana desde Barcelona y regresan por la noche, se promocionan también con actividades como baños en pozas naturales y tiempo libre para descansar junto al agua. En la comarca de Sobrarbe, su presidente, José Manuel Bielsa, que es asimismo alcalde de Puértolas, explica que se se está tratando de coordinar la labor de los ayuntamientos en este sentido. Conoce de primera mano los efectos del turismo descontrolado en Puyarruego, uno de los lugares más visitados. “En la zona de Puyarruego, con la limitación de acceso de vehículos de más de ocho metros, se elimina el problema de los autocares. Respecto a los vehículos particulares, se trata de darles información y pedir que no dejen suciedad”, añade. También repara Bielsa en que se trata de un tema “complejo” de tratar puesto que también tienen competencias la Confederación Hidrográfica del Ebro o incluso Sanidad. El año pasado, ante el incumplimiento reiterado de esta normativa, el ayuntamiento de Puértolas recurrió a la Guardia Civil para controlar el tráfico, lo que disuadió momentáneamente a las agencias de seguir incluyendo este destino en sus paquetes. Aun así, este verano han vuelto a detectarse excursiones organizadas. Este fenómeno no se reduce a la comarca de Sobrarbe. Otras áreas del Pirineo aragonés también han experimentado un aumento de turismo acuático que supera las capacidades de conservación y convivencia. En el Alto Gállego y la Ribagorza, enclaves como la Poza del Molino en Torla o los alrededores del río Ara han registrado la presencia de visitantes masivos, algunos organizados por agencias externas. En otros municipios pirenaicos como Ansó o Ascaso, a pesar del incremento del turismo rural, se ha mantenido un cierto control y se ha logrado evitar la masificación que tanto preocupa en otras zonas. Asturias y la zona francesa próxima comparten casos donde el baño en lagos o pozas es permitido, mientras en Aragón comienzan a aplicarse restricciones rigurosas. Frente a esta presión sobre los ecosistemas fluviales, Chunta Aragonesista (CHA) ha solicitado al Gobierno de Aragón la activación inmediata de un plan integral acordado por unanimidad en las Cortes en septiembre de 2024, la proposición no de ley 428/24. El plan incluye la creación de una mesa técnica que involucre a administraciones locales y organismos de cuenca; campañas de concienciación dirigidas tanto a turistas como a operadores turísticos; sistemas de señalización, control de accesos y vigilancia en áreas sensibles o la promoción de un modelo turístico sostenible alineado con la conservación ambiental y el apoyo a las comunidades locales. Además, CHA ha abogado por un marco regulatorio más amplio que aborde no solo las zonas de baño, sino también otras formas de ‘turistificación’, como el uso descontrolado de autocaravanas o la proliferación de viviendas turísticas, apostando siempre por “fortalecer la regulación local y las inspecciones al alojamiento turístico”. En paralelo, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha el Plan Pirineos, un programa de inversión que, según cifras del ejecutivo autonómico, ya ha superado en dos años los 195 millones de euros y va a destinar 27 a actuaciones concretas en Sobrarbe: inversión en vivienda asequible, desarrollo de infraestructura sostenible o nuevos recursos turísticos para evitar la concentración excesiva en puntos ya masificados.