«Fue peor la lucha mental que la física»

Levantó los brazos. Era como si volara. Aitana Bonmatí se alejaba de ese balón que acababa de colar en la portería de Berger instantes antes en busca de algo. De confort, de celebración, de sus compañeras. La arroparon y abrazaron. Era el cierre a unas semanas muy complicadas. El 27 de junio la ingresaban y tenía que ver el amistoso ante Japón por la televisión del hospital. Una meningitis vírica la había dejado KO. Llegaron los miedos cuando tuvo que quedarse allí un par de noches. Ahora, apenas un mes después, la centrocampista ha sido decisiva para que España se plante en su primera final en una Eurocopa.