“El curso político se cierra razonablemente bien. Con 22 millones de afiliados a la Seguridad Social y con la derecha dando vergüencita para variar”. Esta confesión la hace uno de los ministros con más peso político del Gobierno. Los socialistas miran ya a septiembre con la idea de que lo peor ha pasado y de que hoy hay mucha más esperanza para aguantar que hace dos semanas. Han sido semanas muy duras para el Gobierno y el PSOE. El caso Cerdán dejó en shock al partido. El presidente del Gobierno pensó incluso en dimitir. Ahora recupera fuerzas, como señalan en su entorno, y está determinado a seguir hacia delante. Sostienen que hay proyecto político y confían en que no haya más informes demoledores de la UCO como el que implicó al ex número tres en el partido. La agenda ya es corta camino de las vacaciones. Sánchez comparece este lunes ante los medios para hacer el tradicional balance de fin de curso y lo hace en una condiciones diferentes a sus intervenciones hace una semanas por el caso Cerdán . El martes se celebra el último Consejo de Ministros y, por la tarde, el presidente se verá con el rey en la tradicional audiencia en Palma de Mallorca. Los socios aprietan, pero le han dejado la puerta abierta a continuar la legislatura. Y, además, el tema de la corrupción se ha vuelto como un bumerán hacia el PP al saltar el caso Montoro , una investigación sobre la supuesta utilización del Ministerio de Hacienda durante la época de Mariano Rajoy para hacer leyes ad hoc para empresas gasistas y rebajarles los impuestos en unos años de duros recortes para todos los españoles. Además, algunas decisiones judiciales ponen el foco en el PP como la petición de la Fiscalía de cárcel para la pareja de Isabel Díaz Ayuso o quitan presión al Gobierno como el rechazo del Tribunal Supremo a la imputación del ministro de Justicia, Félix Bolaños, pedida por Juan Carlos Peinado. A lo que se suma la dimisión de la diputada popular Noelia Núñez por mentir en su currículum y el escándalo de la compra de un chalé de más de cuatro millones de euros por parte de la Comunidad de Madrid del que hace uso vacacional la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Todo esto hace, según reconocen varios miembros del Gobierno y dirigentes de la Ejecutiva Federal del PSOE, que el tablero se haya movido y las aguas estén un poco más calmadas. Se han disipado, por el momento, las brumas que parecían envolver unas elecciones anticipadas. Asimismo, analizan en el Palacio de la Moncloa y en Ferraz que, pese a los titulares negativos, el último pleno del Congreso dejó un buen sabor de boca: se ganaron siete de ocho puntos. En el núcleo duro del presidente del Gobierno hacen este análisis: “Con sus dificultades, el bloque de la investidura sigue funcionando y el balance legislativo de estos dos años asciende a 42 leyes . No es legislar por legislar, son textos que mejoran la vida de la gente, y que benefician a la mayoría y no a unos pocos como hacían los gobierno del PP incluso, presuntamente, previo pagos”. Dirigentes próximos al presidente dicen que el tono siempre es apocalíptico entre la oposición y la mayoría de medios, además de entre algunos críticos del partido, pero que el Gobierno ya ha pasado el ecuador de la legislatura superando a favor el 88% de las votaciones en el pleno de la Carrera de San Jerónimo. Fuentes de Ferraz remarcan: “Vamos camino del tercer año de legislatura, cuando desde el primer día de la misma los agoreros de la nada ya aventuraban que no pasaría de las navidades. La oposición ha llegado a este fin de curso político extenuada, habiendo abierto una ofensiva total, además de sucia, que solo les ha servido para enturbiar la vida política y concretar que Feijóo es el político más sucio que ha conocido este país en décadas”. A lo que añaden: “El presidente, hemos podido verlo en la última gira internacional por Latinoamérica, está fuerte y seguro del camino que tiene que recorrer España estos dos años hasta 2027, y más allá”. “Se han tomado decisiones difíciles, hemos enfrentado problemas de corrupción, y se ha dado respuesta inmediata y contundente. Nada que ver con el PP, que hacen dimitir a Noelia Núñez por falsificar su currículum, y mantiene a Mazón tras la negligencia de la dana o no piden perdón por la corrupción de Estado que significaron los gobiernos de Mariano Rajoy”, trasladan en el núcleo duro del presidente. Además, en el Gobierno y en el PSOE aseguran: “En septiembre vamos a volver con más fuerza ”. La idea que se está instalando entre los principales dirigentes es de cierta “tranquilidad” sobre los supuestos informes de la UCO que vaticinan algunos medios que podrían afectar a ministros. Asimismo, están convencidos de que no hay ninguna supuesta financiación irregular del partido, el principal temor entre los cargos y una línea roja que supondría de facto ir a unos comicios.. Lo que sí comparten varias de las fuentes es que hay que cuidar más a los socios en estos momentos. Con la gran duda de si tirarse a la piscina con unos presupuestos generales para el año que viene. No hay conversaciones formales con los otros partidos, pero hay miembros en el Ejecutivo que quieren mantener conversaciones discretas e informales durante el verano para ver si hay base para presentar las cuentas. La principal preocupación del bloque de investidura para los ministros socialistas se llama Podemos, como confiesan. Ven casi imposible pactar con los morados ahora mismo los presupuestos ante las exigencias tan duras que ponen los de Ione Belarra, que piden que España salga de la OTAN. Muchos diputados socialistas salieron enfadados del último pleno por el ‘no’ de los morados al decreto energético. Un miembro de la dirección socialista señalaba tras la sesión en el Congreso sobre el partido morado: “Tienen un discurso muy histérico, ellos mismos saben que es imposible hacer todo lo que reclaman”. La unidad a su izquierda es un tema que preocupa mucho en el PSOE. Mucho. “Si no hay una candidatura única de ese espacio, no se podrá repetir un Gobierno de coalición”, pronostican fuentes del Ejecutivo. Por eso, han gustado entre los socialistas mucho las palabras de Gabriel Rufián llamando a la unidad de las izquierdas soberanistas y plurinacionales.