Mientras las principales salas valencianas se despiden de su temporada en junio y julio, el teatro no se detiene. El festival Sagunt a Escena vuelve a tomar el relevo con fuerza este verano y convierte la ciudad romana en epicentro cultural, gracias a una propuesta que aúna grandes clásicos, revisión contemporánea y creación local de primer nivel. “Es una experiencia única vivir una noche de teatro en el Teatro Romano de Sagunto. Pasear por sus calles históricas, por el Port o por las plazas y disfrutar de una programación que mezcla patrimonio y actualidad artística”, explica María José Mora, directora de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura (IVC). Y razón no le falta. Este año, el festival arranca con fuerza apostando por obras de calado universal como Electra con María León, Los dos hidalgos de Verona de Shakespeare o Los cuernos de Don Friolera de Valle Inclán. Pero no se queda ahí. Hay también hueco para nuevas lecturas, como el monólogo En mitad de tanto fuego, basado en textos de La Ilíada, o la cuidada propuesta de danza contemporánea 13 y 14 de Tawda Theater, que ha sido premio León de Plata de la Bienal de Venecia. Uno de los puntos fuertes es, sin duda, la presencia valenciana. Tres piezas firmadas y producidas en casa se suben al imponente escenario romano. Destaca El agua de Valencia, que rescata la figura de Lope de Vega en su etapa de destierro en nuestra tierra. “Es una pieza vibrante, divertida, con teatro musical, escrita por Daniel Tormo, Ana Martí y Javier Foncillas, y dirigida por Martí. Todo un homenaje a nuestra historia teatral”, subraya Mora. A esta se suman Kerencia, de la compañía Ongaresa, con una propuesta escénica muy musical, y la actuación del guitarrista alicantino Yerai Cortés, que “renueva el flamenco desde una mirada moderna y cautivadora”, comenta la directora. El público ha respondido con entusiasmo. “Las entradas para muchas de las funciones ya están prácticamente agotadas. Eso demuestra que cuando se ofrece calidad, la gente responde”. Lo confirma también el dato de que el Teatro Principal y el Rialto han duplicado ventas esta última temporada en Valencia. Además, el festival no olvida a las familias ni a los espectadores que buscan propuestas más ligeras. El ciclo Love ofrece obras frescas, cercanas y divertidas, sin renunciar a la calidad. Sagunt a Escena demuestra así que el teatro no descansa en verano y que, lejos de caer en crisis, cuando se programan contenidos que interpelan a la sociedad y se cuida la diversidad de estilos, el público responde. Como dice Mora: “El Teatro Romano es un templo, y lo que se vive allí cada verano es una liturgia del arte que conecta con el alma de quienes asisten”.