Últimamente hay pocas lecturas, películas o canciones que me sorprenden, que me hacen sentir ese algo fuerte que me incita a apuntar el título en mi lista de favoritos. Hoy en día en su mayoría, que no en todos los casos, las novedades de cada género literario, cinematográfico o musical vienen a decir lo mismo. Existen una serie de discursos que se repiten una y otra vez entre los títulos comerciales. Se habla de las mismas ideas, las mismas tramas, las mismas bases, porque venden. Nos acostumbramos a que esos son los discursos válidos y los reproducimos en el mundo real, donde no suelen funcionar porque «eso solo pasa en las pelis».