La mayoría de personas, nada más verlas o interactuar con ellas, parecen encantadoras, pero a medida que las vas conociendo eso puede ir cambiando y puedes haber encontrado a una persona que te haga incluso dudar de ti mismo. Ya no solo preocupa el buen estado físico, sino que la salud mental o emocional se han convertido en otro ámbito del que preocuparse. Ahora se habla con mayor facilidad sobre la ansiedad, ir a terapia o la autoestima, pero también está presente los efectos que provocan a una persona el convivir con cierto tipo de personalidades. Los psicólogos advierten que las personas manipuladoras están presentes en cualquier lado. Puede ser tu pareja de toda la vida o tu mejor amiga e incluso tus hermanos, tu compañero de trabajo o el vecino... cualquiera puede serlo. Al principio la actitud puede ser amable, carismática, pero eso es una careta por el interés de esa persona. Una careta que empieza a caerse cuando empiezan a aparecer patrones de toxicidad que generan inseguridad, desgaste y culpa a quien le rodea. La psiquiatra Marian Rojas Estapé da claves precisas sobre las personas manipuladoras, caracterizadas principalmente por intoxicar cualquier ambiente, pero ¿Cómo identificarlas?, estas son algunas señales que no debes ignorar: Te hacen sentir culpable de forma indirecta utilizando frases como "si de verdad me quisieras..." o "después de todo lo que he hecho por ti..." de esta forma te hacen dudar de tus decisiones e incluso hacerte sentir mal. Cambian la realidad a su favor, te hacen pensar que tú estás equivocado, aunque tengas pruebas que demuestren lo contrario. Por ejemplo, ves un mensaje de tu pareja en el que está coqueteando con otro y se lo comentas, pues te suelta lo típico de: "Estás exagerando, es solo un amigo, no hay nada. Siempre estás viendo cosas donde no las hay. Creo que tienes un problema de celos". Se presentan como la víctima de los hechos, aunque hayan causado ellos el daño. Lo que hacen es desviar la atención de sus actos y activan tu empatía. Por ejemplo, discutes con tu amiga y te dice "no sé por qué siempre me haces quedar mal cuando siempre intento que estés bien". Usan el afecto como herramienta de castigo, te ignoran o te quitan la atención como castigo silencioso. Esto provoca que te hagas sentir responsable de su malestar. Un ejemplo muy común ahora puede ser hacer ghosting o no ver los mensajes y dejarlo en acumulado durante un tiempo. Prometen cambiar, pero nunca lo hacen. Sí, reconocen sus errores y prometen mejorar, pero ese "cambio" no llega o es solo temporal y lo peor es cuando dicen que "van a cambiar por ti". Un ejemplo de otra persona manipuladora es la que intenta condicionar las relaciones personales de otro, por ejemplo: Una persona "X" se ha enfadado contigo y tenéis un amigo en común "Y". Tú sigues haciendo tu vida y sigues quedando con tus amigos entre ellos "Y", pero "X" no va y empieza como a distanciarse de "Y", es entonces cuando "Y" le pregunta ¿qué pasa? Y "X" dice que si "Y" sigue quedando contigo va a dejar de ser su amigo. Con esto "X" le condiciona a "Y" y le hace priorizar la amistad con "X" o contigo. Es un ejemplo muy infantil, pero si "Y" fuera lo suficientemente maduro no priorizaría entre uno u otro y le diría a "X" algo como: "Él (tú) también es mi amigo y no puedes hacer esto, el problema es entre vosotros dos y no es el uno contra el otro, sino los dos contra el problema. Voy a seguir hablándole y quedando con él y si no quieres venir porque va él, es tu problema". La terapeuta Carmen Cervera dice que lo más importante es reconocer que no eres culpable de la manipulación ajena. Una vez identificado el patrón de un manipulador, debes establecer límites y recuperar tu autonomía emocional y si es necesario, acudir a un profesional. También ayuda rodearse de personas que te validen, valoren y refuercen tu autoestima sin juzgarte. La manipulación no es amor, es una forma encubierta de control. Una encuesta de la Fundación Española de Psicología mostró que 1 de cada 3 personas reconoce haber sufrido manipulación emocional en algún momento de su vida. Según los expertos, el problema es que normalizamos estas actitudes durante demasiado tiempo, pensando que exageramos o que podemos cambiar a la otra persona Si eres uno de esos afortunados que no se ha topado todavía con una persona manipuladora o simplemente no lo has reconocido, todavía te doy algunos ejemplos cinematográficos para que los detectes desde el primer momento. Tom Ripley de El talento de Mr. Ripley: Un maestro del engaño que finge identidades y crea realidades paralelas a la suya. Alguien que te envuelve con palabras suaves y la "timidez". Hans Landa de Malditos Bastardos: Un oficial nazi con modales impecables. Su poder está en la palabra, el lenguaje y el uso de la psicología que presiona al otro emocionalmente. Regina George de Chicas malas: La reina del instituto que manipula emocionalmente a sus amigas con cumplidos envenenados y la exclusión social. Usa su sonrisa y una actitud pasivo-agresiva que te hace dudar. Palpatine (Darth Sidious) de Star Wars: El emperador con todo el imperio planeado desde el principio. Manipula a todo el Senado galáctico y al joven Anakin Skywalker, alimentado el miedo y la duda. Frank Abagnale Jr. de Atrápame si puedes: se hace pasar por piloto, médico y abogado que simplemente sabe decir lo que quieres oír usando su inteligencia emocional y carisma Jordan Belfort de El lobo de Wall Street: Usa el entusiasmo, la confianza y la labia para manipular masas, empleados y clientes. Promete éxito con una mentira disfrazada de oportunidad. "Nunca les pido a mis clientes que me juzguen por mis éxitos, sino por mis fracasos, porque tengo muy pocos" Miranda Priestly de El diablo se viste de Prada: La jefa que utiliza el silencio, la presión y la indiferencia para controlar el entorno