"Yo no tengo nada. Siempre he vivido de alquiler", ha repetido Isabel Díaz Ayuso en varias entrevistas. Pero esa afirmación contrasta con una sucesión de domicilios, usufructos, áticos y escapadas que han ido marcando su carrera política. La presidenta madrileña ha protagonizado varios episodios en los que su lugar de residencia ha generado más titulares que su gestión: de una donación inmobiliaria en el caso Avalmadrid al uso de un chalé público en plena sierra. A lo largo de los últimos años, la relación entre Ayuso y sus distintas moradas ha estado salpicada por situaciones que, aun siendo legales, han levantado recelos y han abierto varios debates públicos. Algunos de estos episodios están ligados a decisiones familiares, otros a relaciones personales y otros, directamente, al uso de recursos institucionales. Todos, sin embargo, han contribuido a erosionar la narrativa de una presidenta sin bienes ni privilegios, al margen de las comodidades del poder. El caso Avalmadrid: una donación familiar en el momento clave El primero de estos episodios se remonta a 2011, cuando el padre de Ayuso le donó la nuda propiedad de un piso en Chamberí. Fue una operación legal, pero su contexto despertó suspicacias. Pocos meses después, MC Infortécnica, la empresa familiar, dejó de pagar un crédito de 400.000 euros concedido por Avalmadrid. El traspaso de la nuda propiedad impidió que el inmueble pudiera ser embargado para saldar la deuda, al no figurar ya como propiedad directa del padre. La donación apareció de forma genérica en la declaración de bienes de Ayuso de 2016 como "una vivienda en nuda propiedad", sin mayores explicaciones. La oposición habló de un posible alzamiento de bienes (un delito que castiga con hasta cuatro años de prisión) y exigieron aclaraciones sobre una maniobra que, a ojos de muchos, permitió blindar el patrimonio familiar ante los acreedores. La comisión de investigación promovida en el Parlamento regional, sobre los avales concedidos por Avalmadrid entre 2007 y 2018, concluyó que existió un trato "preferente" y "personalizado" en el caso del padre de Ayuso. Sin embargo, la Fiscalía del Tribunal Supremo optó por no abrir diligencias penales, al estimarse que el presunto alzamiento de bienes ya había prescrito, y no se identificaron indicios suficientes de responsabilidad penal. El "trato de favor" de Room Mate En marzo de 2020, con la pandemia de la COVID-19 en su fase más crítica, Ayuso anunció que se trasladaba a un apartahotel de lujo de la cadena Room Mate, propiedad de Kike Sarasola. Aseguró que su casa habitual era demasiado pequeña para teletrabajar y gestionar la crisis sanitaria, y que necesitaba un espacio más amplio para cumplir con sus funciones. La presidenta ocupó dos apartamentos unidos en pleno centro de Madrid, con plaza de garaje y servicios incluidos. Según se supo, lo hizo por una tarifa reducida muy inferior a la del mercado, lo que suscitó preguntas sobre si estaba recibiendo un trato de favor. La controversia se intensificó cuando apareció, por error, una adjudicación pública a Room Mate en el portal de...