Identifican un barco hundido hace 250 años en Escocia gracias al impacto del cambio climático

La embarcación, identificada como el Earl of Chatham, luchó en la guerra de Independencia de EE.UU. y naufragó frente a las islas Orcadas Stonehenge no fue obra del azar glaciar, sino del esfuerzo humano, según nuevas pruebas En febrero de 2024, las fuertes rachas de viento que azotaron la costa de Sanday, una de las islas más septentrionales del archipiélago de las Orcadas ( Escocia ), dejaron al descubierto unas misteriosas estructuras de madera en la playa . Un joven que corría por la zona advirtió la presencia de unas costillas de barco entre las dunas. Aquel hallazgo fortuito marcó el inicio de una investigación que ha culminado, más de un año después, con la identificación de una embarcación con casi tres siglos de historia. Gracias al trabajo conjunto de arqueólogos marinos, científicos especializados en datación y vecinos de Sanday , se ha confirmado que los restos pertenecen muy probablemente al Earl of Chatham, un navío construido a mediados del siglo XVIII que tuvo una intensa trayectoria bélica y comercial antes de su naufragio . Un navío con dos vidas: de fragata de guerra a ballenero Antes de recibir su último nombre, el barco fue la HMS Hind, una fragata de 24 cañones de la Marina británica , construida en 1749 en Chichester, al sur de Inglaterra . Durante las décadas siguientes participó en episodios clave de la expansión del Imperio británico , incluyendo los asedios de Louisbourg y Quebec, así como misiones de escolta durante la guerra de Independencia de Estados Unidos . Tras ser vendida por la Armada en 1784, fue rebautizada como Earl of Chatham y reconvertida en buque ballenero . En 1787 formaba parte de una flota de más de un centenar de barcos londinenses dedicados a la caza de ballenas en el mar de Groenlandia . Pero en 1788, cuando se dirigía de nuevo hacia el Ártico, una tormenta la hizo encallar en las costas de Sanday. Afortunadamente, los 56 tripulantes lograron sobrevivir. La ciencia y la comunidad, claves en la identificación La investigación para dar con la identidad del barco combinó técnicas científicas avanzadas con la pericia de los habitantes de la isla. La dendrocronología, el análisis de los anillos de crecimiento de la madera, reveló que l as maderas procedían del sur de Inglaterra y databan de mediados del siglo XVIII, lo que permitió acotar el periodo de construcción del buque. A partir de ahí, el equipo liderado por Wessex Archaeology comparó los datos con los registros históricos de naufragios en la zona. Tras descartar embarcaciones de origen europeo no británico o demasiado pequeñas, solo quedaron dos o tres posibles candidatas. El Earl of Chatham fue la que encajaba mejor con las pruebas materiales y documentales. Una respuesta colectiva frente al patrimonio El descubrimiento ha tenido un fuerte componente comunitario. Fueron los propios agricultores locales quienes utilizaron sus tractores y remolques para transportar las 12 toneladas de madera desde la playa hasta el centro patrimonial de Sanday. Allí, los restos se conservan en un tanque de agua dulce mientras se valoran opciones para su exhibición permanente. “La comunidad ha sido ejemplar”, señala Ben Saunders, arqueólogo marino responsable del proyecto. “Sin su implicación, es probable que estos restos se hubieran deteriorado o incluso perdido. Gracias a ellos se ha podido proteger y estudiar este legado”. Naufragios que emergen con el cambio climático El caso del Earl of Chatham no es único. En las últimas décadas, la alteración de las condiciones meteorológicas y costeras asociadas al cambio climático está sacando a la luz vestigios antes enterrados bajo arena o sedimentos . Según los expertos, es probable que en los próximos años aumenten los hallazgos similares en zonas costeras del Reino Unido. “En Sanday, el pasado está siempre presente, ya sea visible o justo bajo la superficie”, resume la investigadora local Ruth Peace. De hecho, se han documentado unos 270 naufragios en la isla desde el siglo XV, lo que refleja su importancia estratégica y su exposición a los riesgos del mar.