El Presidente del Parlamento gallego rechaza un cupo catalán: “Nacionalismo de millonarios”

En una entrevista en COPE Galicia, el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, abordó temas clave de la actualidad política, autonómica y nacional, con una defensa firme de la financiación solidaria, la estabilidad parlamentaria gallega y el futuro del rural ourensano. La conversación deja claro que Galicia quiere ser escuchada y respetada en los grandes debates de Estado. Santalices fue contundente al referirse a la propuesta de un sistema de financiación "a la carta" para Cataluña, similar al modelo de cupo del País Vasco. El dirigente gallego lo calificó como un “cupo independentista” y lo etiquetó de manera crítica como “nacionalismo de millonarios”. “Non é comparable a renda media en Cataluña coa que temos en Galicia. Un sistema supostamente solidario non pode romper co principio de equidade territorial”, afirmó. “Galicia non pode consentilo, e satisfáceme que o presidente Rueda colla a bandeira da defensa dos intereses comúns”. Para Santalices, si varias comunidades se unen en la defensa de una financiación justa que garantice la sanidad, la educación y los servicios sociales, se puede generar un efecto que fuerce al Gobierno central a replantearse el actual modelo. En medio de un panorama nacional marcado por la polarización y la crispación política, el presidente del Parlamento gallego destaca el clima de estabilidad institucional en Galicia. “Temos un Parlamento que debate, pero sen crispación. Acordamos por unanimidade moitas leis, sobre todo en temas tan sensibles como a igualdade ou a violencia machista”, explicó. Según Santalices, esta tranquilidad política permite avanzar en políticas razonables y atender con responsabilidad a las necesidades de la ciudadanía. Reivindicó el papel del legislativo gallego como un ejemplo de convivencia y madurez democrática. Uno de los temas que abordó con mayor preocupación fue la supresión de paradas del AVE en la provincia de Ourense, en especial en A Gudiña, lo que afecta directamente al entorno rural de la zona y a las conexiones con Valdeorras, Verín y la frontera con Portugal. “O que está a pasar é un atropelo. Estamos falando de 90.000 galegos e outros tantos portugueses que quedan desconectados por aforrar 10 minutos de viaxe entre Vigo e Madrid. Iso é inxusto e perigoso para o futuro do rural”, denunció. Santalices hizo un llamamiento: “Non creo que os vigueses, que sempre foron solidarios cos ourensáns, apoien isto. Non é unha cuestión política, é de xustiza territorial”. También mostró su apoyo a la manifestación convocada para el día 2 de agosto a las 18:30 h, impulsada por la sociedad civil y liderada por personas como el actor Rubén Riós, con una fuerte vinculación al rural y a causas sociales. Otro frente abierto, según Santalices, es la falta de respeto institucional del Congreso de los Diputados hacia los parlamentos autonómicos. Citó como ejemplo el caso de la transferencia de la AP-9, solicitada de forma unánime por el Parlamento gallego y que se rechace siquiera el debate en Madrid. “É un atropelo que nin sequera se acepte o debate. Non só pasa en Galicia, tamén noutros parlamentos autonómicos. E nisto imos levantar a voz”, anunció, adelantando que promoverá una respuesta conjunta con otros presidentes parlamentarios. En un tono más distendido, Santalices compartió una anécdota vivida en el Parlamento durante un debate tenso. Justo en ese momento, España jugaba un partido y él estaba pendiente en el móvil. Nuestro equipo marcó un gol y, sin poder evitarlo, lo comunicó en voz alta. “Acaba de marcar España, 1-0. Houbo unha distensión no ambiente, algo de humor que tamén fai falta na política”, relató entre risas. Para desconectar, Santalices volverá este verano a su “refugio” en San Paio de Navia, al lado de la playa de Samil, en Vigo. “É o meu Vaticano galego. Tranquilidade, boa xente e un sitio onde recargar pilas”, concluyó. La entrevista con Miguel Santalices muestra a un político que, más allá de las siglas, apuesta por la defensa de Galicia desde la serenidad institucional. Frente a la crispación estatal, el Parlamento gallego continúa siendo una isla de entendimiento. Y mientras en Madrid se debaten privilegios territoriales, Galicia reclama solidaridad, equilibrio y el respeto a su voz en los grandes temas de país.