Este hombre desafió las leyes del azar, ganó millones en la lotería y terminó vetado por su propia genialidad

Todo pensado - Su método requería sorteos con menos de ocho millones de combinaciones y premios que triplicaran la inversión total, una ecuación sencilla que convertía cada jugada en una decisión racional basada en la proporción entre el coste y el beneficio potencial Empieza la venta de Lotería de Navidad 2025: precio y dónde comprar décimos Se abren las puertas del estanco. Otro cliente entra y sale con su boleto recién sellado. Algunos lo doblan con cuidado, otros lo guardan en la cartera junto al carné de identidad. Cada semana se repite la misma escena. Lo que no suele repetirse es que una misma persona consiga ganar la lotería más de una decena de veces . En los años 90, ese logro llevó el nombre de Stefan Mandel . Este economista nacido en Rumanía construyó un sistema que convirtió el azar en estadística y que le permitió ganar catorce premios importantes en distintos países sin alterar una sola norma del reglamento. Su idea no se basaba en predecir combinaciones, sino en calcular cuándo merecía la pena comprarlas todas. Las matemáticas básicas bastaban para saber cuándo comprar todos los números El método tenía dos pilares esenciales. Primero , seleccionar sorteos en los que el número total de combinaciones posibles no superara los ocho millones . Segundo, asegurarse de que el premio acumulado fuera al menos tres veces superior al coste de adquirir todos los boletos. Si ambas condiciones se cumplían, su sistema empezaba a funcionar como una cadena de montaje. Stefan Mandel Mandel no trabajaba solo. Con ayuda de inversores y un equipo técnico reducido, organizó operativos capaces de generar, imprimir y distribuir millones de combinaciones numéricas válidas. Según relató el medio The Hustle , su punto de inflexión llegó cuando puso la vista en la lotería de Virginia , que por entonces utilizaba solo 44 números. Eso reducía las combinaciones a poco más de siete millones y abría una ventana perfecta para aplicar su fórmula . Para ejecutar la operación, reunió capital, diseñó el algoritmo, organizó la logística y distribuyó la compra de boletos por todo el estado. En ese sorteo, su equipo logró adquirir 6,4 millones de billetes . Aunque no cubrieron todas las combinaciones, entre los ya impresos estaba el ganador. El premio ascendía a 15,5 millones de dólares . Aunque no violó ninguna ley, su sistema provocó una reacción inmediata de los reguladores Tras la victoria en Estados Unidos, las autoridades iniciaron una investigación que incluyó al FBI y a la CIA . En ningún caso se encontró una infracción legal. La ley permitía imprimir boletos en casa, y tampoco existían límites en la cantidad que podía comprarse. A pesar de ello, la maniobra supuso el final del sistema tal y como lo había diseñado . El caso obligó a modificar los reglamentos en varios países. Se prohibió la impresión doméstica de boletos, se limitaron las compras masivas y se endurecieron los controles sobre combinaciones generadas por ordenador. Estas medidas cerraron las puertas a estrategias como la de Mandel, que ya no podrían repetirse en el entorno digital actual. Mandel está retirado actualmente A lo largo de los años, este economista rumano-australiano logró convertir un sistema de juego en una fórmula de rentabilidad. Según el mismo reportaje de The Hustle , tras repartir beneficios entre los inversores y asumir los costes operativos, en algunos sorteos el beneficio personal de Mandel fue moderado . En el sorteo de 1987, por ejemplo, solo se quedó con 97.000 dólares tras una inversión colectiva de 1,3 millones. Su trayectoria incluyó victorias en Rumanía, donde ganó por primera vez con la intención de dejar el país, y más tarde en Australia, donde repitió el éxito en varias ocasiones. En total, acumuló catorce premios mayores, todos aplicando una metodología basada en matemáticas elementales y logística aplicada. Nunca necesitó suposiciones, corazonadas ni estrategias abstractas. Hoy vive retirado en Vanuatu , un archipiélago del Pacífico Sur. Su historia prácticamente ha desaparecido, pero se mantiene como uno de los pocos casos documentados en los que alguien logró doblegar un sistema diseñado para no tener grietas . Puede que ya no se pueda repetir, aunque eso no impide que algunos sigan dándole vueltas al mismo sueño en la cola del estanco.