Este es el pueblo de La Rioja que atesora una necrópolis romana del siglo I y tradiciones recuperadas

Un viaje por Viniegra de Arriba entre vestigios milenarios, naturaleza y danzas ancestrales Un pueblo de La Rioja, entre los más buscados de España para turismo rural Viniegra de Arriba es uno de esos lugares que pasan desapercibidos en el mapa, pero que encierran más historia y vida de lo que su reducido número de habitantes (apenas 40) podría hacer pensar. Ubicado en plena Sierra de la Demanda, este pueblo riojano esconde una joya arqueológica: una necrópolis romana del siglo I que convierte a este rincón del Alto Najerilla en una parada imprescindible para quienes buscan viajes con historia . A las afueras del casco urbano, a unos 300 metros, se encuentra el yacimiento del Collado de San Miguel. Se trata de un pequeño cementerio excavado en la roca , identificado por el historiador local Antonino Burgos Martínez. Las tumbas, celtibero-romanas, probablemente fueron utilizadas para la incineración y pertenecieron a una comunidad rural del entorno. Aunque modesta, esta necrópolis ofrece un testimonio valioso de los rituales funerarios del Alto Imperio en zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos. El Collado de San Miguel: una puerta al pasado romano Este tipo de yacimientos suele encontrarse en las cercanías de antiguas villas o asentamientos romanos, como parte de pequeñas agrupaciones familiares. En ellas, además de las tumbas, se realizaban libaciones y ofrendas , en un ejercicio de memoria y vínculo ancestral. El hallazgo de Viniegra, aún poco conocido para el público, refuerza el valor histórico de la zona y abre la puerta a futuras investigaciones arqueológicas. Más allá del legado romano, Viniegra de Arriba mantiene viva su identidad rural a través de una arquitectura tradicional bien conservada y una estrecha relación con la naturaleza. La Calle Real y la Calle Frescorreas, sus dos principales arterias, recorren un caserío de piedra y tejados rojizos, mientras que la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico rural, marca el corazón del pueblo. Todo invita a recorrerlo con calma, sin prisa, como si el tiempo transcurriera a otro ritmo. El entorno natural es otro de sus grandes atractivos. Rodeado de montes, pastos y arroyos, es un lugar ideal para practicar senderismo o bicicleta de montaña. Aunque no existen rutas oficiales señalizadas, los caminos comunican con pueblos vecinos como Brieva, Ventrosa o Viniegra de Abajo, y ofrecen paisajes de alta montaña y cielos limpios perfectos para la observación astronómica. Donde la historia se celebra También sorprende la vitalidad con la que se conservan las tradiciones. En los últimos años, varias mujeres del pueblo han recuperado las llamadas “Danzas de las Viniegras”, que se celebran durante las fiestas de Santa María Magdalena en julio. Palos, castañuelas y coreografías ancestrales forman parte de esta muestra de folclore local, que ha vuelto a escena tras décadas de olvido. A lo largo del año se celebran también otras festividades como San Vicente, San Roque y San Simón, que reúnen a vecinos y visitantes en torno a la identidad común. Planear una escapada a Viniegra de Arriba es sencillo. Se puede recorrer el núcleo urbano en una mañana, subir hasta el Collado de San Miguel con buen calzado y algo de agua, y regresar para visitar la iglesia y disfrutar del silencio del entorno. Si la visita coincide con las fiestas de julio , se podrá asistir a una expresión cultural única en La Rioja. Pequeño, especial y lleno de historia, Viniegra de Arriba demuestra que no hacen falta grandes infraestructuras ni multitudes para ofrecer una experiencia viajera completa . Basta con una necrópolis milenaria, un puñado de tradiciones vivas y una sierra que invita a perderse y reconectar con lo esencial.