En los remotos fragmentos boscosos, sagrados para los lugareños, del macizo de Andringitra, al sureste de Madagascar, se oculta desde hace siglos una misteriosa especie de gecko. Acaba de ser descubierta y ha sido bautizada como Paragehyra tsaranoro. Esta enigmática criatura representa un hallazgo biológico significativo, pero también un urgente recordatorio de la fragilidad de los ecosistemas aislados.