La Iglesia de Zamora ha dado hoy un paso importante en su compromiso con la creación de espacios seguros, con la presentación del Proyecto KUMI, una nueva estructura de atención, prevención y reparación frente a cualquier forma de abuso o situación de vulnerabilidad. KUMI no es solo un cambio de nombre. Es una propuesta integral, más amplia y cercana, que sustituye a la antigua Oficina de Protección para convertirse en un verdadero espacio de acogida, orientación y acompañamiento, tanto dentro como fuera del ámbito eclesial. Este proyecto está formado por un equipo multidisciplinar de gran experiencia profesional y calidad humana: Lo preside Eutimio Contra Galván, educador vocacional con más de 20 años de trabajo en la Universidad Laboral, y durante dos décadas, gerente territorial de Servicios Sociales. Su trayectoria está marcada por el compromiso social y la gestión pública al servicio de los más frágiles. Como secretaria, Valentina Vecino Domínguez, con una sólida carrera en la sanidad pública y en el Consejo Consultivo de Castilla y León, aporta rigor, discreción y conocimiento institucional. El acompañamiento psicológico está en manos de Alicia Dávila Villafáñez, psicóloga sanitaria y docente universitaria, especializada en el trabajo con menores y adolescentes. Su enfoque terapéutico es profundo, respetuoso y cercano. La dimensión espiritual, tan necesaria en muchos procesos de sanación, la acompaña Concepción Álvarez Rodríguez, religiosa del Amor de Dios, con una amplia experiencia internacional en pastoral, educación y atención a personas migrantes. El asesoramiento legal y canónico corre a cargo del vicario general y judicial, Pedro Faúndez Mayo, que garantiza la correcta aplicación de los procedimientos y la colaboración total con las autoridades civiles y judiciales. Este equipo está preparado para escuchar sin juzgar, acompañar sin invadir y actuar con responsabilidad y transparencia. Todo ello bajo principios fundamentales como la confidencialidad, la gratuidad y la atención integral de cada situación. “El Proyecto KUMI es una llamada a reconocer el dolor, prevenir el daño y reparar lo que sea posible”, ha afirmado monseñor Fernando Valera, obispo de Zamora, quien ha recalcado que “la verdadera protección empieza con la prevención y se sostiene con la formación constante”. De hecho, durante el último curso pastoral, más de 135 menores, 22 padres y madres, 20 catequistas y más de 100 monitores han recibido formación específica en prevención y actuación ante posibles casos de abuso. Las personas que necesiten orientación o ayuda pueden contactar ya con el equipo a través del correo: proyectokumi@diocesisdezamora.es Y como parte de su compromiso con la transparencia, la diócesis ha compartido también el balance de los casos gestionados durante 2024: Un sacerdote informó de un presunto abuso cometido por un compañero, que fue comunicado a la Fiscalía; Un voluntario educativo fue apartado por conductas inapropiadas hacia un menor vía WhatsApp; Una madre denunció a su exmarido por presuntos abusos, y la diócesis ofreció apoyo psicológico y legal, aunque no se trataba de un caso relacionado con la actividad eclesial. Con el Proyecto KUMI, la Iglesia en Zamora refuerza su voluntad de ser un lugar seguro, creíble y cercano a quienes más lo necesitan. Porque proteger es más que actuar: es estar presentes, escuchar con respeto y construir confianza.