El Puerto de Alicante mira al sur con más fuerza. Y es que acaba de estrenarse una nueva línea marítima regular que unirá la capital alicantina con la ciudad portuaria de Bugía (Béjaïa), en Argelia. Un salto estratégico que conecta directamente a la provincia con uno de los puntos comerciales más importantes del norte de África. El protagonista de esta ruta es el ferry “Romantika”, un coloso del mar con capacidad para 2.500 pasajeros, 300 vehículos ligeros y 1.000 metros lineales de carga rodada. Operado por la naviera estonia Tallink Grupp y fletado por la empresa estatal argelina Madar Maritime Company, el buque unirá Alicante con Bugía todos los lunes y viernes, con una travesía estimada de 18 horas. Las escalas están perfectamente definidas: llegada a las ocho de la mañana y salida a la una de la tarde los lunes y a las doce los viernes. Toda una coreografía marítima diseñada para fortalecer los lazos económicos, logísticos y culturales entre ambas orillas del Mediterráneo. Pero este movimiento no es solo simbólico. Es, como ha declarado el presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Rodríguez, una “apuesta firme para consolidar al Puerto de Alicante como motor económico y logístico, no solo para la ciudad, sino para toda la Comunidad Valenciana”. Con sus 192 metros de eslora y más de 2.000 camarotes, el “Romantika” se convierte ya en uno de los ferris más importantes que operan regularmente en la fachada sur de España. Su incorporación responde a la estrategia trazada por el puerto en los últimos años: diversificar mercados, atraer nuevas rutas y consolidar conexiones con África. Además, refuerza el papel de Alicante como nodo estratégico en el Mediterráneo occidental, en un momento donde la logística, la movilidad y el turismo se entrelazan cada vez más. Con esta línea, se abren nuevas oportunidades para el comercio bilateral, el sector turístico, y la creación de sinergias empresariales entre las regiones ribereñas. La llegada del ferry también es una excelente noticia para la comunidad argelina residente en la provincia, que gana así una conexión directa con su tierra natal, y para todas aquellas empresas que miran al Magreb como un mercado de expansión natural. En definitiva, el puerto da un paso más para recuperar su protagonismo histórico y responder a las exigencias de un mundo cada vez más interconectado.