El arzobispo de Santiago reivindica dignidad en la Ofrenda al Apóstol: “No se puede usar a los migrantes como arma política”

El arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco José Prieto, ha aprovechado su intervención durante la tradicional Ofrenda al Apóstol Santiago, celebrada este 25 de julio en la Catedral compostelana, para lanzar un mensaje rotundo de defensa de los más vulnerables y un llamado urgente a la esperanza, la justicia y la fraternidad. Durante su homilía, y en presencia de autoridades como el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda —delegado regio en esta ocasión—, el arzobispo ha denunciado que es “inaceptable utilizar a los migrantes y refugiados como arma política”. Prieto ha recordado que estas personas ya sufren “el dolor del desarraigo” y el “abuso de las mafias”, y ha exigido que sean acogidos desde la legalidad y la fraternidad. Además, condenó con firmeza “la violencia racista y la criminalización colectiva”. En este Día de Galicia, Monseñor Francisco José Prieto, ha extendido su mensaje más allá de nuestras fronteras, pidiendo el fin del conflicto en Gaza —“pongamos ya fin a esta dramática situación humanitaria”— y recordando el sufrimiento del pueblo ucraniano en “una guerra sin sentido”. También ha mostrado su compromiso con quienes padecen otras formas de injusticia: mujeres víctimas de trata y prostitución, personas sin vivienda o sin un trabajo digno, y ha subrayado la necesidad de actuar ante estos dramas con firmeza y sensibilidad. Ante un mundo que ha definido como “incierto y tensionado por guerras, crisis económicas y soledad”, el arzobispo compostelano ha hecho un llamamiento a poner al ser humano en el centro de las instituciones y a no cerrar los ojos “ante los problemas del mundo”. En su intervención, también dirigió un mensaje a los líderes políticos, a quienes pidió dedicar sus mejores esfuerzos al bien común, “por encima de las legítimas diferencias”, y exigió “erradicar toda forma de corrupción”, una “herida a la justicia y un obstáculo para la dignidad humana”. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha aprovechado su papel como delegado regio en la Ofrenda al Apóstol Santiago, este 25 de julio, para lanzar un discurso contundente sobre los retos que enfrenta España. Desde el altar de la Catedral compostelana, Rueda ha reclamado “recuperar la integridad y el respeto a la ley” en un país que, a su juicio, está “enfrascado en la polarización extrema” y marcado por “prácticas impropias de personas decentes”. En plena celebración del Día de Galicia, y en presencia de autoridades como Alberto Núñez Feijóo, Miguel Santalices o Pedro Blanco, Rueda ha elevado una petición al Apóstol para que inspire a los gobernantes en la toma de decisiones que afectan a la vida de los ciudadanos. Su intervención ha sido una llamada al civismo y al refuerzo institucional. El presidente gallego ha invocado también protección para el rey Felipe VI, valorando su papel como figura de integridad “en un momento en que se necesitan referentes claros”. Rueda ha reivindicado el papel del Camino de Santiago como símbolo de encuentro, espiritualidad y riqueza cultural. Ante el crecimiento constante del número de peregrinos, ha advertido del riesgo de caer en la “turismofobia”, y ha recordado que “puede y debe haber espacio para todos”, desde el respeto y la convivencia. En materia migratoria, Rueda ha marcado posición clara: “regular con acierto la inmigración”, acabar con las mafias que trafican con personas y recordar que, como los gallegos en el pasado, muchos migrantes solo buscan “un futuro mejor para sus familias”. Todo ello, ha dicho, debe hacerse desde la solidaridad entre territorios y con respeto a la legalidad y al reparto justo de recursos públicos. Rueda ha concluido su intervención apelando a construir una Galicia “próspera, abierta, plural y solidaria”, alejada de “cualquier experimento que ponga en riesgo los avances logrados”. Ha pedido que el mérito y el esfuerzo sean reconocidos, pero también que se refuerce la cohesión social desde el respeto, el diálogo y el cumplimiento de la ley. Con un discurso en el que ha alternado castellano y gallego, el presidente de la Xunta ha querido dejar claro que la Ofrenda al Apóstol no es solo una tradición, sino también un espacio de reflexión y compromiso con el presente y el futuro de Galicia y de España. La ceremonia también conmemoró los 60 años de la ‘Misa de la Juventud’, compuesta por Cristóbal Halffter en 1965 y estrenada durante el Año Santo de ese mismo año. Fue la primera misa compuesta según las directrices del Concilio Vaticano II, y este 25 de julio volvió a resonar en la Catedral de Santiago como símbolo de renovación y compromiso con los jóvenes. Con palabras de fuerte contenido social y espiritual, Monseñor Francisco José Prieto ha hecho de esta Ofrenda un acto de reivindicación de la dignidad humana, la justicia y la esperanza, situando a Santiago, una vez más, como símbolo de fraternidad y punto de encuentro universal.