La Casa Blanca lo ha anunciado como un "viaje privado", pero la visita de Donald Trump a Escocia a partir de este viernes va mucho más allá del mero disfrute de sus campos de golf. El presidente de Estados Unidos aprovechará su estancia de cinco días en la nación para mantener encuentros con algunos de los principales representantes políticos del Reino Unido, incluido el primer ministro, Keir Starmer, para tratar asuntos como la guerra en Ucrania, la catástrofe humanitaria en Gaza y la batalla arancelaria. Starmer, quien ha mantenido una postura mucho menos beligerante con Trump que otros líderes internacionales, confía en que la devoción que el presidente siente por Escocia ayude a engrasar el encuentro, a pesar de las protestas programadas en contra de la visita.