Juan Domingo de la Cruz, deportista de élite sin pensión

Un millar de deportistas que en su día fueron seguidos, admirados, auténticos referentes, deportistas que fueron la élite de nuestro deporte y llevaron a España hasta la cima del deporte, se encuentran hoy desamparados sin una pensión. Por muy extraño que resulte a día de hoy, hubo un tiempo en el que la figura jurídica del deportista de élite no estaba tan regularizada, era como un limbo jurídico, "amaters compensados" para poder disputar unos Juegos Olímpicos y en una época en la que en teoría los deportistas profesionales no podían disputar los Juegos. Todo esto cambió a comienzos de los años 90 con la inclusión del Dream Team en Barcelona 92 que llevó el torneo de baloncesto y los juegos en España a otro nivel de repercusión con los Jordan, Magic, Bird y compañía. Juan Domingo de la Cruz, ex jugador de baloncesto hispano-argentino fue de la generación pionera que alcanzó el primer gran logro del baloncesto español, la plata olímpica de Los Ángeles 1984. En aquella década de los 80 y parte de los 90 tuvieron contratos profesionales pero no fueron dados de alta en la Seguridad Social, sí declararon ante Hacienda como todo hijo de vecino, pero no cotizaron, una situación que parece hoy impensable. Lo cierto es que todos esos años no figuran, por lo que deportistas como Fernando Romay, Coral Bistuer, el propio De la Cruz y un montón de deportistas más, no tienen derecho aún hoy a una pensión de jubilación. Estos deportistas están luchando por lo que es suyo, han llegado hasta el Gobierno. La pelota está en el tejado ahora del Ejecutivo. En el caso de De la Cruz, el ex jugador del Barcelona y de España y afincado desde hace tres décadas en Mallorca, tiene 14 años cotizados, no tan solo no le dieron de alta como jugador en gran parte de su carrera sino que luego ya retirado en los despachos tampoco le salen reflejados dos años como director deportivo. Todo un despropósito. Nadie duda de que esta situación se regularizará, porque es demasiado desprestigio y vergüenza que quienes elevaron el deporte español y fueron objetivo de orgullo de los españoles hayan quedado desamparados.